Estados Unidos quiere tener una relación económica “constructiva y equitativa” con China sin comprometer los asuntos de seguridad nacional, dijo el jueves (20) la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, en un discurso en la Universidad Johns Hopkins en Washington.
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“Buscamos una relación económica saludable con China: una que promueva el crecimiento y la innovación en ambos países. Una China en crecimiento que respete las reglas internacionales es buena para Estados Unidos y el mundo”, dijo Yellen, según extractos de su discurso publicado antes. el acto.
Sin embargo, aseguró que Estados Unidos no hará concesiones en asuntos de seguridad nacional, “incluso cuando requieran compromisos con nuestros intereses económicos”.
El mes pasado, Pekín acusó a Washington de alimentar las tensiones entre las dos potencias y advirtió del riesgo de “conflicto”.
China y Estados Unidos están enfrascados en una feroz batalla para fabricar semiconductores, componentes electrónicos esenciales para teléfonos inteligentes, vehículos conectados y equipos militares.
En nombre de la seguridad nacional, Washington ha aumentado en los últimos meses las sanciones contra los fabricantes de chips chinos.
El miércoles se aplicó una multa histórica de 300 millones de dólares (1.500 millones de reales en valores actuales) a un proveedor del gigante chino Huawei, en la mira de Washington por motivos de ciberseguridad y sospechas de espionaje.
“Estas acciones de seguridad nacional no están diseñadas para permitirnos obtener una ventaja económica competitiva o sofocar la modernización económica y tecnológica de China. Si bien estas políticas pueden tener repercusiones económicas, están motivadas por simples consideraciones de seguridad nacional”, dijo Yellen.
Según el economista Adam Posen, presidente del Peterson Institute for International Economics (PIIE), “una estrategia estadounidense que reconozca el derecho de China a modernizarse y reconozca que perseguir objetivos loables de seguridad nacional tiene costos económicos es un punto de partida sostenible y basado en la realidad para una estrategia que no es ni una persecución ni una fantasía”.
El mes pasado, Pekín acusó a Washington de alimentar las tensiones entre las dos potencias y advirtió del riesgo de “conflicto”.
En febrero, las relaciones se complicaron después de que Estados Unidos destruyera un globo chino que, según la administración Biden, espiaba su territorio, acusación que China niega con vehemencia.
Más recientemente, el estatus de Taiwán ha estado en el centro de las tensiones.
“No vamos a comprometer la protección de los derechos humanos”, advirtió Yellen, “hemos actuado y seguiremos actuando”.
La secretaria del Tesoro, quien volvió a mencionar su intención de visitar China “en el momento apropiado”, también indicó que Estados Unidos seguirá “asociándose con [sus] aliados para responder a las prácticas económicas injustas de China”.
Este comentario se produce después de los recientes discursos del presidente francés, Emmanuel Macron, que generaron dudas entre los aliados de París, incluido Estados Unidos.
A su regreso de China, instó a los europeos a no ser “seguidores” de Pekín o Washington en Taiwán ya “depender menos de los estadounidenses” en materia de defensa. Unos días después, abogó por una mayor autonomía económica para Europa.
LEG