El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) podríamos decir que es el bosque de los precios, es el panorama completo de cómo se comporta la inflación en una canasta enorme de productos y servicios en todo el territorio nacional que nos permite tener una referencia común.
Pero cuando hablamos de precios sí que vale la pena tener una muy buena idea del árbol que nos toca dentro de ese bosque, porque es un hecho que cada agente económico tiene su propia inflación.
El mejor ejemplo lo tenemos con el dato de la primera quincena de este mes de abril. El INPC mostró una inflación negativa del -0.16%, para ubicar la medición anualizada en 6.24%.
Por donde se le vea es un buen resultado, porque ya muestra una baja consistente desde el pico de septiembre del año pasado, con algunos baches en el camino, pero ya hay una baja en la inflación. Eso es muy buena información para los titulares.
Ahora, el muy alentador dato negativo de la primera quincena pasada tiene un componente que es recurrente en estas épocas del año.
Las altas temperaturas son cada día más generalizadas. Hay estados en donde los termómetros rebasan consistentemente los 40 grados a la sombra durante varias semanas de la primavera y el verano, pero de todas esas entidades hay 18 ciudades que cuentan con un subsidio en las tarifas eléctricas.
Nadie le regatea a Mérida, Monterrey, Acapulco, Torreón, Veracruz, Villahermosa, Tampico, Monclova, Chetumal, Iguala, Tepic, San Andrés Tuxtla, Campeche, Tehuantepec, Cd. Acuña, Cancún, Coatzacoalcos y Tuxtla Gutiérrez, el tener temperaturas muy altas. Pero ahí faltan muchos otros.
Como sea, estas 18 entidades pagan menos por la luz durante algunos meses y ese impacto focalizado incide de manera muy importante en la inflación general.
Ahí es donde cobra mayor relevancia ese otro índice que quita de su medición este tipo de precios volátiles. Por eso, la inflación subyacente mostró una baja en términos anuales al 7.75% desde el 8.09% de marzo pasado, pero en términos quincenales aumentó 0.18%.
Esta inflación subyacente está más en el corazón de los precios, pero aun así tenemos inflaciones individuales diferentes.
Un indicador no muy resaltado por el Inegi es el Índice de Precios de la Canasta de Consumo Mínimo (IPCCM), antes le llamaban canasta básica, y que si bien es un hecho que cada familia tiene su propia canasta, al menos permite acercarse a un patrón de consumo básico más general. Este IPCCM tuvo un aumento 0.25% quincenal y del 6.5% a tasa anual, hasta el 15 de abril pasado.
Pero, otra vez, aun así, será una medición aproximada al índice de inflación de su familia. Por ejemplo, si acostumbra a ir a restaurantes la inflación anualizada es de casi 12%, si consume alimentos y bebidas procesadas la inflación anual es del 10%. Las bebidas alcohólicas y los tabacos acumulan 9% de inflación.
En fin, todo esto es para generar conciencia que la alta inflación no es un tema superado, que hace falta anclar las expectativas de los agentes económicos sobre una inflación más baja y en todos sus componentes. Para no cantar victoria anticipadamente.
@campossuarez