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Foto: Pixabay / Otro ingeniero de Audi, Giovanni Pamio, confesó y recibió, este martes, una pena de prisión condicional de 18 a 24 meses  

Un exdirectivo del fabricante de automóviles Audi, filial de Volkswagen, juzgado en Alemania en el caso ‘Dieselgate’, admitió, ayer martes, en su juicio, haber instalado un software engañoso para distorsionar la información sobre las emisiones de gases contaminantes.

Wolfgang Hatz se declaró culpable de una sentencia reducida como parte de un acuerdo con la corte.
Él y otros dos empleados instalaron el software prohibido, explicó el abogado de este exdirector al tribunal regional de Múnich.

Este juicio, que comenzó hace dos años y medio, es el primero en Alemania que lleva a juicio penal el caso ‘Dieselgate’, con Rupert Stadler, de 60 años, como principal acusado y exdirectivo de Audi. Hasta el momento niega cualquier responsabilidad en el tema de los motores amañados.

La admisión de Hatz “le da un giro” al proceso, dijo el juez que preside las audiencias de Stefan Weickert.

Admitir la culpabilidad debería conseguirle una sentencia reducida de un máximo de 10 años. El tribunal de Munich le había propuesto que suspendiera su sentencia a cambio de una confesión.

Hatz estaba al tanto de la ilegalidad en Alemania del dispositivo que ayudó a instalar en los motores del grupo Volkswagen, dijo el martes su abogado. Un carácter ilegal “reconocido y aceptado” por su cliente, agregó.

El abogado de Hatz, el tribunal y la defensa recomendaron una pena de prisión con derecho a libertad vigilada de 18 a 24 meses y una multa de 400 mil euros (unos 2.2 millones de reales, a precios actuales). Pero la fiscalía se opone a esta solución debido a confesiones tardías.

Su caso será abordado durante una audiencia a puertas cerradas el martes por la tarde.

Rupert Stadler es demandado por “fraude”, “emisión de certificados falsos” y “publicidad engañosa”.

Otro ingeniero de Audi, Giovanni Pamio, confesó y recibió, este martes, una pena de prisión condicional de 18 a 24 meses y deberá pagar una multa de 50 mil euros (277 mil reales aproximadamente).

El gigante de Volkswagen admitió, en septiembre de 2015, que había instalado dispositivos en 11 millones de vehículos de las marcas del grupo que les hacían parecer, durante las pruebas de laboratorio, menos contaminantes de lo que realmente eran.

El ‘Dieselgate’ provocó un escándalo mundial y dañó gravemente la reputación de la industria automovilística alemana.

 

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