A pesar de estar penado por la ley, la necesidad ha orillado a algunos niños a tener que realizar trabajos pesados de manera informal para apoyar económica a sus hogares, tal es el caso de los “niños diableros” que laboran en mercados públicos de la Ciudad de México durante jornadas de ocho horas.
TE PUEDE INTERESAR: Firman Secretaría del Bienestar y Unicef colaboración en pro de niños y adolecentes
En un recorrido realizado por 24 HORAS por algunos de estos establecimientos, se pudo ver la manera de cómo estos menores de edad, con la ayuda de un carro de carga conocido como “diablito”, se abren paso entre la multitud con gritos como: “ahí va el golpe”, “ahí les voy” o “golpe avisa” con cargas que llegan a superar los 60 kilogramos.
Por tratarse de un oficio que no está permitido para menores de edad, rehúyen a cualquier cuestionamiento que pueda generar algún problema a ellos y quienes los contratan. Al percatarse que se les pregunta sobre el trabajo que realizan se escabullen y entre ellos se advierten para no acercarse al lugar.
En el Mercado de Jamaica se detectó que entre los cargadores adultos que a diario acuden a trabajar, también se encuentran algunos menores de edad que ante la necesidad recurren a laborar en estos espacios para ganarse un sustento.
“Tengo cuatro años trabajando aquí (…) acarreo bultos, rosas, plantas, girasoles, costales de tierra, bolsas con elotes, muchas cosas (…) de repente me llaman y ando de un lado para otro”, explicó Erick Martínez, un joven de 15 años que labora en conocido mercado de las flores en entrevista para 24 HORAS, añadiendo que empezó como diablero a los 11 años.
Erick detalló que trabaja los fines de semana y descansa los lunes, iniciando su jornada al mediodía, ya que las mejores propinas se dan por la tarde, y concluye a las ocho de la noche, ganando alrededor de 300 pesos diarios.
Su trabajo al transportar bultos o ramos de flores, a veces en diablo o en su hombro, no consiste sólo en llevarlos al área de estacionamiento o a la avenida para subirlos a algún vehículo, sino que es común en este oficio llevar la carga hasta los domicilios que se encuentran en áreas no tan alejadas.
Explicó que en este mercado trabajan otros niños exclusivamente como diableros, cuyas edades varían entre los 15, 12 y hasta 10 años.
FRASE:
“Tengo cuatro años trabajando aquí (…) acarreo bultos, rosas, plantas, girasoles, costales de tierra (…) de repente me llaman y ando de un lado para otro”
Erick Martínez
Joven diablero
LEG