El presidente Andrés Manuel López Obrador reapareció ayer públicamente y admitió que sí tuvo un “desmayo transitorio”, cuando supervisaba las obras del Tren Maya, el pasado domingo en Mérida, Yucatán, por lo que exhibió que Adán Augusto López, titular de Gobernación, y Jesús Ramírez, vocero presidencial, mintieron sobre su estado de salud.
Durante la conferencia del pasado lunes, el encargado de la política interna del país respondió a los cuestionamientos que “no hubo ningún traslado de emergencia, no hubo desvanecimiento como algunos han pretendido hacer creer”.
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Mientras que el vocero de Presidencia dijo a medios de comunicación el pasado domingo, que eran “falsos rumores” y el Presidente se encontraba en su gira en Yucatán y bien de salud.
Sin embargo, en un video de más de 18 minutos, donde se le ve caminando por Palacio Nacional, el mandatario nacional exhibió las versiones falsas de los integrantes de su gabinete sobre su salud y relató que sintió como que se quedaba dormido, pero no perdió el conocimiento.
“Tengo covid, se me complicó porque fui a una gira muy intensa que inició en Veracruz, hubo cambio de clima; fui después a Quintana Roo, estuve en Mérida y ahí me hizo crisis porque se me bajó de repente la presión, y estando en una reunión con ingenieros militares, como que me quedé dormido, fue una especie de vahído hablando coloquialmente”, indicó.
“Llegaron de inmediato los médicos, me atendieron de inmediato, no perdí el conocimiento, sí tuve esa situación de desmayó transitorio por la baja de presión”, dijo.
Aseveró que se dio la instrucción directa del secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval “para llevarlo en camilla a un hospital, pero no aceptó.
“Los charoleé, les dije: él es el general secretario, pero yo soy el comandante supremo; entonces, no me van a llevar a ningún lado y en este sillón me van a atender”.
Abundó que le suministraron un litro de suero, “me levantaron la presión y ya, afortunadamente no pasó a mayores, no hubo ninguna afectación en el corazón, en el cerebro, en nada, y ya decidí venirme a la Ciudad de México, me trasladaron en una ambulancia aérea, pero no venía en camilla, estaba consciente y así llegamos aquí y escribí un mensaje”.
El Presidente señaló que, dadas las especulaciones de su salud, sus adversarios tienen mucha imaginación.
“Han dicho cosas, que me dio un derrame cerebral, que aquí en Palacio están médicos especialistas de cardiología, del Hospital Militar”.
Señaló que “está bien” y sigue trabajando, pues “ya escribí dos borradores en estos días de dos discursos, el del día primero, del Trabajo y el que voy a pronunciar el 5 de Mayo, en Puebla, con motivo de la batalla de Puebla; estoy bien, me están informando las cosas que pasan en el país.
Resaltó que el peso sigue fortalecido, la inflación va a la baja, “sigue habiendo empleos, se están aplicando en todo el país los programas de Bienestar, está bajando la incidencia delictiva; estamos bien y de buenas, yo creo que el creador y los deseos que tenemos de vivir nos van a permitir terminar nuestro mandato”.
El titular del Ejecutivo aseveró que “llama mucho la atención el odio de algunas personas que quisieran que yo desapareciera, pero no deben de actuar de esa manera, ya hasta me producen sentimientos de afecto, porque los considero muy desprovistos de buenos sentimientos, los veo muy solos, muy vacíos, con mucho odio, no deberían de estar así, no hay que desearle mal a nadie”.
Recordó que durante su convalecencia se difundieron noticias falsas, como la que circuló de que tenía un infarto cerebral, “hasta quienes ya me dieron por muerto”.
Tras una charla, en la que recordó diversos hechos históricos del país, el Presidente pidió a la población que “no se preocupe, estamos bien, ya saben cómo somos de perseverantes, nos falta todavía un tiempo y vamos a hacer muchas cosas”.
LEG