Entre los integrantes de las Fuerzas Armadas que acuden a operativos contra el crimen organizado existe mucha molestia por la orden de no responder a las agresiones que sufren de parte de la delincuencia, aseguró el diputado federal Francisco Huacus (PRD).
Este malestar, comentó, se da no entre la cúpula del Ejército y la Marina, sino entre los elementos que forman la base de esas instituciones y que son quienes realizan trabajos de campo.
“Existe una comparativa respecto a otros sexenios de cómo si se les permitía y se les respaldaba a las Fuerzas Armadas para combatir a los delincuentes y abrir fuego en caso de ser necesario.
“Antes las órdenes eran ‘si les disparan, disparen’ y ahora es ‘si les disparan corran, escóndanse, o pídanles perdón’, que es la política de los abrazos”, expresó el legislador.
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Este diario publicó hoy que a pesar de la política de “abrazos, no balazos” implementada por la cuarta transformación, en lo que va del actual sexenio 113 elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) han fallecido durante la Campaña Permanente Contra el Narcotráfico y la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos.
En contraste, durante los primeros cuatro años del presidente Felipe Calderón, quien inició la guerra abierta contra el narcotráfico, los decesos de soldados sumaron 222, mientras que en los primeros cuatro años del presidente Enrique Peña Nieto, quien continuó con la estrategia, se registraron 133.
Huacus, quien también es secretario en la Comisión de la Defensa Nacional en la Cámara de Diputados, explicó que el Gobierno federal ha centrado su estrategia en la captura de “generadores de violencia”, pero no realiza un combate estructural al crimen.
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“No es una estrategia de desarticulación o de combate directo hacia los delincuentes, hoy existe la percepción de que no hay un respeto hacia las Fuerzas Armadas.
“En otros sexenios los delincuentes siempre decían: ‘si ven a las Fuerzas Armadas no les tiren porque nos van a dar en la madre’, ahora es ‘tírenles’, al final de cuentas no hay repercusiones”, dijo.
Por último, el diputado mencionó que existe mucha preocupación entre la milicia pues en Michoacán detectaron el uso de armamento de alto poder diseñado y producido exclusivamente por la Sedena, como el llamado rifle “serpiente de fuego”, que tiene una cadencia de tiro de hasta 900 disparos por minuto.