Las malas lenguas acusan que la candidatura de Delfina Gómez a la gubernatura del Estado de México es en realidad la versión actualizada de las “juanitas’’.

Es decir, que probablemente ganará pero que, dadas sus limitaciones políticas, quién gobernará será su actual jefe de campaña, el polémico Horacio Duarte.

¿Por qué, siendo Duarte un político con mayor experiencia y sin duda con más luces que Gómez, no fue el candidato de Morena a la gubernatura?

Duarte es bien querido por el presidente López Obrador; tanto que hasta le encargó, junto con Pablo Gómez, la redacción de la reforma constitucional en materia electoral que nomás no prosperó.

Duro con el INE como representante de Morena ante el Instituto, Duarte se ganó de a poco la confianza presidencial, al grado de que López Obrador lo hizo director de Aduanas, con la consigna “de acabar con la corrupción’’.

Peeeero…

Sucede que Duarte fue denunciado por la empresa texana Know Control por los probables delitos de corrupción durante su gestión como director de Aduanas.

La investigación corre a cargo de la Red de Control de Delitos Financieros (FINCEN), de acuerdo con notas publicadas en The New York Finance y The Chicago Weekly News.

La presunta corrupción de Duarte fue denunciada formalmente por la empresa texana Know Control por medio de una carta que se dio a conocer en junio de 2021 y que derivó en denuncias presentadas en 2022.

Duarte fue titular de la Agencia Nacional de Aduanas de México y, durante su gestión, se habría fortalecido una red de corrupción para traficar hidrocarburos, entre otros.

No se conocen aún avances de la investigación del Gobierno estadounidense y tampoco si la Fiscalía General de la República tiene un expediente sobre ese caso.

Lo cierto es que Duarte sigue gozando de la confianza presidencial, que le ha encargado más a él que a Mario Delgado, hacer lo que se tenga que hacer para ganar la gubernatura del Estado de México.

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Si la selección del candidato presidencial de Morena se hiciera por medio de un “aplausómetro”, Claudia Sheinbaum habría ganado de calle este fin de semana.

La jefa de Gobierno de la CDMX tuvo eventos el fin de semana en Hidalgo y Oaxaca; el primero acudió al primer “Claudia Fest’’, organizado por jóvenes hidalguenses.

En Juchitán se congregaron -o le congregaron-, cerca de 30 mil personas y en Huatulco unas 10 mil más.
Seguro que no todas simpatizan con la corcholata preferida, pero a diferencia de los otros suspirantes que tuvieron eventos con auditorios muy disminuidos, los números de Sheinbaum apantallan.

Lo del discurso ya es otra cosa.

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En su afán por quedar bien con ya saben quién, en Puebla los primos que quieren ser candidatos a gobernador por Morena andan en un concurso de disparates.

Ahora fue el turno del pasante -porque dice que eso de titularse es un engaño- Ignacio Mier, quien propuso realizar una consulta popular, en agosto del 2024, para conocer si el pueblo bueno y sabio quiere que los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sean electos en las urnas.
La insistencia de Morena para colocar en la discusión nacional la legitimidad de los ministros es de pena ajena.

Desde el Gobierno federal se emiten “comunicados’’ con los “privilegios’’ de los ministros cuyos sueldos son comparados, de forma tramposa, con los de un mexicano promedio.

¿A poco la estrategia tiene que ver más con defender a una cuestionada ministra afín y con eso se busca distraer la atención pública?

LEG