La actividad eruptiva del volcán Popocatépetl aún se mantiene en niveles conocidos y no ha alcanzado los picos registrados en ocasiones anteriores, señaló el doctor Hugo Delgado, investigador titular del Departamento de Vulcanología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“La actividad del volcán había experimentado un incremento con todos los niveles, es decir, con todos los parámetros que se monitorean del volcán, se veía un incremento de la actividad”, explicó en entrevista con 24 HORAS.
La actividad que muestra el coloso actualmente inició aproximadamente a las 18:00 horas del viernes pasado, sobre el cual Delgado explicó que se debe a que está ingresando un cuerpo de magma al edificio volcánico y “es el que está provocando este tipo de actividad eruptiva, ceniza”.
No obstante, hizo hincapié en que los niveles de actividad “si bien están comenzando, todavía están dentro de los niveles que se conocen para el volcán”.
“No se han rebasado los niveles de energía liberada que ha habido en otras ocasiones en las que la actividad ha sido también muy importante, como por ejemplo en 2019 hubo varios episodios en los que hubo un aumento de la actividad, también importante. En ese sentido, sabemos hoy por hoy que no hay un aumento todavía de los niveles energéticos que conocemos del volcán”, detalló.
Delgado resaltó la importancia de que la gente no difunda información que no provenga de una fuente oficial, “para evitar precisamente que la gente se intimide”.
“Lo importante, como siempre, será seguir la información que se genera a través de los grupos científicos y que se canalizan a través de las fuentes oficiales de Protección Civil”, concluyó el académico.
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Antecedentes
De acuerdo al Plan Homologado del Volcán Popocatépetl, del Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc), fue el 21 de diciembre de 1994 cuando se produjo la primera emisión de ceniza del Popocatépetl en al menos 70 años.
Dicha emisión de ceniza fue precedida por un aumento en los eventos sísmicos, cambios de temperatura y concentración de sulfatos y cloruros en el lago del cráter.
Desde entonces, la actividad volcánica reaparece cada cierto tiempo, por lo que el Gobierno de México ha elaborado proyecciones a partir de la reconstrucción de la historia geológica del volcán.
Estas proyecciones, diseñadas a través de simulaciones por computadora, contemplan tres escenarios de peligro: Erupciones pequeñas, con columnas menores a 10 km, que ocurren con mayor frecuencia y representan el escenario de mayor probabilidad.
Le siguen erupciones medianas, con columnas eruptivas entre 10 y 20 km de altura, que son menos frecuentes aunque más grandes, y representan el escenario de probabilidad intermedia.
Mientras que el mayor riesgo ocurre con erupciones grandes a muy grandes, con columnas eruptivas mayores a 20 km, con una menor probabilidad de ocurrencia pero altamente destructivas.