El director estadounidense Martin Scorsese, que ayer presentó fuera de concurso su cinta Killers of the Flower Moon, en el marco de la edición 76a del Festival Internacional de Cine de Cannes, declaró que ha llegado el tiempo de “dejar el turno a otros” para competir.
A sus 80 años, el legendario director volvió a entusiasmar en el festival donde ha sido premiado en dos ocasiones con un drama policíaco llevado con gran fuerza por Leonardo DiCaprio y Robert De Niro.
“Es tiempo para otros. Tengo que pasar el turno. Hay chicos esperando”, declaró riendo el veterano director.
“Me gustan las estatuillas doradas. Me gustan mucho”, añadió. “Pero ahora pienso más en el tiempo, la energía y la inspiración es lo más importante”.
Según los organizadores del festival, la participación de esta historia en torno al asesinato en serie de unos indígenas en el estado de Oklahoma fue sopesada hasta el último minuto.
La película, ensalzada por la crítica, aborda un episodio doloroso de la historia de Estados Unidos: los misteriosos asesinatos que se abatieron sobre un pueblo de la etnia osage, en Oklahoma, cuyos habitantes se habían hecho millonarios gracias al descubrimiento de petróleo.
“Quizás si aprendemos a conocer nuestra historia y a entender dónde estamos, podemos cambiar las cosas y estar a la altura del país que se supone que tenemos”, reflexionó.
Scorsese confesó que tenía ganas de hacer una película en el Medio Oeste desde hacía mucho tiempo.
“Estaba muy entusiasmado cuando vi a los caballos” explicó. “¡Pero no me acerqué a ellos, por supuesto!”.
La idea de esta película llevaba años en gestación, al punto de que el cineasta había considerado la idea de aplazar su anterior película El Irlandés para centrarse en Killers of the Flower Moon.
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Pero El Irlandés requirió un proceso de “rejuvenecimiento” digital del rostro de Robert de Niro, Al Pacino y de otros actores.
“Bob (de Niro) me dijo que tendríamos que rejuvenecer a todos si esperábamos otros dos años”, explicó riendo.
Por otro lado, el director español Pablo Berger presentó en este mismo evento una “carta de amor” a Nueva York, ciudad en la que vivió 10 años, con Robot Dreams, una película animada para grandes y pequeños.
Esta es una película de dibujos animados que requirió cinco años de gestación y la colaboración de todo un equipo multinacional.
La película pone en escena a un perro, Dog, que para combatir la soledad en el Nueva York de los años 1980 se compra y monta un robot.
El día que el robot se queda tirado en una playa de Long Island deberá tomar una decisión.
Robot Dreams no cuenta con diálogos, pero sí con una eficaz banda sonora de los años 1980.
“Es sin dudas mi carta de amor a Nueva York”, explicó en entrevista, tras la presentación de la película.
Berger se ha labrado una reputación de iconoclasta en España desde su primer largometraje, lleno de humor negro, “Torremolinos 73”.
“Nunca planifico mi carrera, siempre ha sido un poco lo contrario de lo que se esperaba, y me ha ido bien en mis decisiones”, explicó.