Jude Law, que destacó en el Festival de Cannes con una interpretación escabrosa del rey Enrique VIII en la película Firebrand, declaró ayer que veía a la monarquía de su país “como un teatro”.
“Aunque el teatro me obsesiona un poco más”, declaró en rueda de prensa, tras la gala del estreno la cinta dirigida por el brasileño Karim Ainouz y centrada en la última esposa del rey, Catalina Parr.
“No sigo todo esto realmente, lo veo como un capítulo intrigante de la historia. No me interesan particularmente los cotilleos”, añadió, en alusión a las tensiones en la actual familia real británica.
Al mismo tiempo, “hay algo realmente admirable en esas imágenes como de ceremonia medieval, cómo se conecta con la actualidad”, agregó en alusión a la coronación de Carlos III.
Firebrand es la primera película en lengua inglesa del realizador brasileño de origen argelino Karim Ainouz.
La interpretación del legendario rey inglés ha sido unánimemente elogiada en el festival. Jude Law aparece como un ogro obeso, paranoico y voraz sexualmente, con una gangrena en la pierna que lo atormenta.
En rueda de prensa, Law reveló que para “recrear” esa herida sacó los servicios de un perfumista, que mezcló “olor a pus, sangre, materia fecal y sudor”.
“Al principio lo utilicé discretamente”, explicó, pero Karim Ainouz se entusiasmó con la idea y sacó la mezcla todo el rato.
“Cuando llegaba al rodaje era simplemente horrible”, bromeó Alicia Vikander, que interpreta a Catalina Parr, la única esposa que sobrevivió al rey.
Por otro lado, la cineasta española Elena Martín Gimeno presentó en el mismo certámen Creatura, una exploración de la sexualidad femenina a través del personaje de Mila y su búsqueda del deseo, una carrera de obstáculos en un entorno que lo reprime de manera más o menos limpia.
El filme, el segundo de la realizadora, arranca con la mudanza de Mila y Marcel a una casa junto al mar. La falta de deseo por su pareja lleva entonces a la protagonista a revisar sus experiencias sexuales de la infancia y adolescencia.
LEG