De acuerdo con un informe del Organismo Internacional de la Energía Atómica consultado ayer, Irán aumentó claramente en los últimos meses sus reservas de uranio enriquecido, aunque niega querer dotarse de la bomba atómica.
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La agencia de la ONU apuntó que a pesar de lo anterior, los “avances” en la cooperación y decidió cerrar el expediente sobre la presencia de materia nuclear en uno de los tres sitios no declarados, un tema que entorpecía desde hacía años las relaciones entre el OIEA y el gobierno iraní.
Las relaciones entre Irán y las potencias occidentales se deterioraron en 2022. La República Islámica limitó sus comunicaciones con el OIEA y desenchufó las cámaras de seguridad.
Además, incumplió sus compromisos adoptados en el acuerdo internacional de 2015 a raíz de la salida unilateral de Estados Unidos del pacto, en 2018.
Sus reservas de uranio enriquecido son ya más de 23 veces superiores al límite autorizado: el 13 de mayo, alcanzaban los 4 mil 744.5 kg, frente a los 3 mil 760.8 kg reportados en octubre, según este informe.
Irán enriquece el uranio a unos niveles altos, superiores al umbral fijado (3.67%): tiene 470.9 kg enriquecidos al 20% (frente a los 434.7 kg con que contaba hasta ahora) y 114.1 kg enriquecidos al 60% (en comparación con los 87.5 kg registrados en octubre).
El OIEA indicó que Teherán le comunicó “explicaciones plausibles” sobre Marivan y que “no tiene más cuestiones” sobre ese asunto, “considerado como solucionado por el momento”, pero se atiene a sus precedentes evaluaciones porque Irán había previsto en 2003 almacenar allí materias nucleares para pruebas de explosivos.
CON INFORMACIÓN DE AFP
LEG