Hace 14 años, fue en el llamado todavía Distrito Federal que el matrimonio igualitario hizo acto de presencia en las leyes de nuestro país y comenzaba a saldar una deuda histórica con el colectivo LGBTTIQ+.
Pero para poder hablar de este hecho histórico hay que poner un poco en contexto lo que se vivía en nuestro país. En México por mucho tiempo estuvo mal visto la homosexualidad y las relaciones homoparentales, ya sea por cuestiones religiosas o por machismo, el matrimonio igualitario no estaba dentro de la agenda pública.
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Con el paso de los años y la apertura a la libertad sexual, fue que se iba quitando este tabú dentro de la población mexicana, pero no era suficiente, se necesitaba de un golpe en la mesa para comenzar a saldar esta deuda histórica.
Fue entonces, el 21 de diciembre de 2009, que después de muchas discusiones, después de mucha polémica, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó las reformas necesarias para reconocer el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Recordemos que tres años antes, el reconocimiento legal para el matrimonio igualitario se vio imposibilitado por una votación que negaba el reconocimiento de esta figura en pro de los derechos LGBTTIQ+.
Más de una década después, el matrimonio entre parejas del mismo sexo es legal en todo el país, con la única problemática de la legislación a nivel local en algunas entidades que conforman a la República Mexicana.
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Ahora, para poder llevar a cabo la celebración de un matrimonio igualitario en la Ciudad de México solamente es necesario llevar la documentación requerida, como por ejemplo identificación oficial o comprobante de domicilio, además del pago del trámite.
La asignación que queda pendiente para los matrimonios homoparentales en nuestro país es el tema de la adopción, ya que es un tema que autoridades siguen discutiendo y que no debería tardar en aprobarse.
MC