Pese a que este domingo los cuatro aspirantes a la candidatura de Morena acordaron unidad, antes y después de su Consejo Nacional, presumieron su popularidad.
Desde temprana hora los consejeros del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se dieron cita desde temprano en el 333 de avenida Revolución para participar en la elección del método de selección del candidato a suceder a López Obrador en el Poder Ejecutivo.
Si bien en las primeras horas del día llegaban de varias partes del país, apenas y eran notados, aún no llegaban “los famosos” ni las “estrellas”: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal.
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Poco a poco arribaban los gobernadores, algunos de los cuales se pronunciaron un día antes a favor de Claudia Sheinbaum y así como publicaron sus tuits, así de rápido descartaron una “cargada”.
Pese al orden que ligeramente imperaba, consejeros del interior por un acceso anexo e “importantes” por el principal, el senador con licencia Ricardo Monreal puso el desorden.
Se bajó de su camioneta y encabezó una pequeña marcha al recinto; tras él, todos los Vip’s hicieron lo mismo en mayor o menor medida, en función de su músculo.
Los 2 invitados del Verde y Partido del Trabajo: Velasco a unos metros del recinto y con el compromiso de acompañar a Morena; Noroña un poco más lejos pero él solo rodeado de prensa pese la puya que le lanzó a Ebrard “¿Por qué piden por Ebrard si ya estoy yo?”.
Adán, presumiendo el colmillo político. También rodeado de prensa y haciendo menos la supuesta “cargada” a favor de Sheinbaum -solo 7 de 22 gobernadores guindas se pronunciaron a favor de ella-; institucional declaró que había que esperar a lo que definiera el Consejo.
Momentos más tarde aparecieron los estelares: primero Sheinbaum y luego Ebrard.
Ambos sonrientes y rodeados de simpatizantes y sus gritos. Solo que el aún canciller se notaba serio.
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Tras casi dos horas de reunión y una conferencia encabezada por el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo se acordó la encuesta como método de selección, la renuncia de todos los contendientes para después ir a hacer campaña “a ras de tierra”, solo en redes y sin recurrir a los medios tradicionales de comunicación.
Hubo sonrisas, tomadas de mano y mucha unidad en conjunto.
Al salir, todos se desbandaron: la jefa de Gobierno salió por detrás; Noroña y Monreal por un costado. El primero serio, el segundo confiado y con la sonrisa fácil.
Mientras que Ebrard, el primero en “destapar” su aspiración presidencial, también -así como su llegada- salió al último pero pese a las sonrisas y saludos, iba más serio que al inicio.