La celebración de Jalisco, 200 años Libres y Soberanos, alberga una gran historia que, a lo largo del tiempo, marcó el posicionamiento político, geográfico, social y económico del Jalisco que conocemos hoy en día.
Sin embargo, antes de que fuera Estado, el territorio era conocido como Guadalajara y está era una Diputación Provincial en el año de 1817, tiempo en el que el jefe político fue José de la Cruz, y posteriormente, en 1822, tras haber cortado lazos en tiempos iturbidistas con la corona española, se dio la jefatura política a Luis Quintanar, quien pese a sus afectos hacía Agustín de Iturbide como Emperador de México, comprendió que el proyecto monarquista de esa época había fracasado, volviéndose un defensor de los intereses de la provincia y del modelo de república federalista como sistema de gobierno, el cual prevalece hasta la fecha.
Pero el Jalisco federalista no siempre tuvo sus cimientos en este sistema de gobierno, en tiempos de 1820, cuando el rey de España Fernando VII había restituido la Constitución de Cádiz en junio de ese año, una parte importante de la élite consideró cortar lazos con la Corona española y crear una nueva nación para lograr la paz, pero preservando sus privilegios. En la intendencia de Guadalajara, la última resistencia insurgente significativa de la región había sido sofocada a finales de 1817 en Lagos y San Juan de los Lagos, con la muerte de Pedro Moreno y Javier Mina, y con la captura de Rita Pérez Jiménez.
Tras la restitución de la Constitución de Cádiz, la Intendencia pasó a ser la Diputación Provincial de Guadalajara, cuyo jefe político fue quien ya gobernaba desde 1811: el realista español José de la Cruz.
Posteriormente, cuando se proclamó el plan de Iguala, el 24 de febrero de 1821, encabezado por Agustín de Iturbide, logró convencer a las distintas partes del conflicto de terminar con la guerra de independencia y empezar reconstruir lo que había destruido a partir de un nuevo imperio. Ante dicha propuesta, de la Cruz se negó a reconocer el plan, decisión en la que rápidamente se fue quedando solo, obligándolo a que el 13 de junio de ese mismo año, huyera de Guadalajara al haberse declarado la separación de la Provincia de Guadalajara de la Corona Española por Pedro Celestino Negrete, apoyado por los miembros de la Audiencia, del Cabildo Eclesiástico y del Ayuntamiento de Guadalajara.
Con el paso de los meses, la campaña iturbidista por la Independencia sumó adhesiones, hasta lograr la entrada triunfal del Ejército Trigarante a la Ciudad de México el 27 de septiembre de 1821. Ante la nueva realidad política, se decidió mantener vigente como marco normativo la Constitución de Cádiz o Constitución de la Corona Española, mientras se creaba una Constitución propia para la nueva nación por parte de un Congreso Constituyente nacional conformado por representantes de las distintas Diputaciones Provinciales.
El 21 de julio de 1822, Agustín de Iturbide sería coronado como emperador de México, y el 20 de octubre nombró a Luis Quintanar nuevo jefe político y militar de la provincia de Guadalajara. El 31 de octubre el monarca disolvería ilegalmente al Congreso. Por lo que, ante la ingobernabilidad y la crisis económica, los antiguos insurgentes se reorganizaron, logrando alianzas con algunos iturbidistas decepcionados por el autoritarismo y centralismo del emperador.
En enero de 1823, Antonio López de Santa Anna se sublevó en Veracruz y proclamó el Plan de Casa Mata, declarando como ilegal al Imperio y la autoridad de Iturbide.
Varias regiones se sumaron al Plan, incluida la Diputación Provincial de Guadalajara encabezada por Luis Quintanar, quien terminó por comprender el fracaso del modelo monárquico como modelo de gobierno, y partir de ahí se convirtió en defensor del federalismo.
Sin más opción, Iturbide, Emperador de México, renunció el 19 de marzo de 1823 y partió al exilio. En su lugar, se estableció un triunvirato encabezado por Guadalupe Victoria, Nicolás Bravo y Pedro Celestino Negrete, quienes pretendieron continuar con la visión centralista de su predecesor, ante lo cual, las posturas federalistas, como la de Guadalajara, fueron determinantes para salvar la unidad de la nueva nación a través del sistema federalista.
En mayo de 1823, Luis Quintanar y la Junta de la Diputación Provincial firmaron y remitieron una circular a los 132 pueblos más importantes de la Diputación, donde consultaban su preferencia entre el federalismo o el centralismo como forma de organización política de Jalisco. Las respuestas a favor de la república federal fueron contundentes.
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Los miembros de la Junta de la Diputación Provincial de Guadalajara, reunidos en sesión extraordinaria el 16 de junio de 1823, declararon la creación del “Estado Libre de Xalisco”, siendo así Jalisco el primer Estado en erigirse, marcando una postura soberana frente al gobierno central. En el acta de dicha sesión se estableció el “Plan Provisional del Nuevo Estado de Xalisco”, que consideraba la conformación de un Congreso Constituyente que crearía una constitución para Jalisco, afín al sistema federal mexicano en construcción. Luis Quintanar quedó al frente del gobierno provisional, siendo el primer gobernador de facto de Jalisco. Este hecho, de acuerdo con el Secretario General de Gobierno, Enrique Ibarra, se considera el primer ejercicio de consulta pública en la entidad.
Estos son los hechos que celebrarán el próximo 16 de junio, día que en que se cumplen 200 años de libertad y de autonomía, así como 200 años de federalismo y de patriotismo, y 200 años de la integración de los pueblos que le dan vida a Jalisco, el primer estado de México.
Jalisco es cuna de federalistas como Luis Quintanar, que nació el 22 de diciembre de 1772, en San Juan del Río. Militar y político partidario del Plan de Casa Mata y de la República federada. Defensor del territorio jalisciense ante el gobierno central y primer gobernador de facto de Jalisco; o de Prisciliano Sánchez, quien nació en Ahuacatlán el 4 de enero de 1783, y en la consolidación política de su vida, tras haber sido director de Correos, alcalde de primer voto, regidor, síndico y alcalde, todos ellos, de Compostela, se le nombró representante del primer Congreso nacional y posteriormente firmó el Acta Constitutiva de la Federación Mexicana, promulgada en enero de 1824. También fue autor del Pacto Federal de Anáhuac publicado el 28 de julio de 1823 y se distinguió por sus dotes de legislador, partidario del liberalismo y del sistema federal.
Estos acontecimientos se pueden conocer a mayor profundidad en el libro “El nacimiento de Jalisco 1808 – 1825. De la lucha por la autonomía a los debates fundaciones”, de Enrique Ibarra Pedroza, editado por El Colegio de Jalisco en 2022 y en el cual se narran acontecimientos de las bases que tienen los jaliscienses en su historia