La renuncia de Rosa Icela Rodríguez a competir por la candidatura a la Jefatura del Gobierno de la CDMX abre la puerta a Ricardo Monreal Ávila.
Ayer, la secretaria de Seguridad anunció formalmente su decisión de seguir en el cargo “acompañando al presidente López Obrador’’ hasta el último minuto de su administración.
En este espacio, reconocimos ayer, precisamente, la lealtad de la funcionaria hacia el Presidente y su convicción irrevocable de que participa en un Gobierno histórico.
En las páginas de 24 HORAS se había publicado, previamente, una entrevista con Rodríguez en la que manifestó que esperaría los tiempos para buscar la candidatura de Morena a la CDMX.
¿Qué pasó en 48 horas para que cambiara de opinión?
Bien a bien solo ella lo sabe; pudo ser, efectivamente, la convicción de que ceder la candidatura por la que había trabajado y que, para muchos morenistas y opositores, merecía, era una forma de ayudar a la causa del movimiento.
O la petición expresa de su jefe para que dejara pasar a Monreal, quien el sexenio pasado también tuvo que hacerse a un lado para dejar pasar a Claudia Sheinbaum.
Monreal tiene ahora las puertas abiertas para ser el candidato de Morena por el Gobierno de la capital.
Tiene como rival a Clara Brugada, que ahora no le resulta una competencia real y al jefe de la Policía capitalina, Omar García Harfuch, a quien el Presidente no ve como aspirante y, sin embargo, sigue destacando en las encuestas.
Toca el turno de Monreal.
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Por cierto, el viernes le comentamos en este espacio que el sucesor de Monreal como presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado sería Eduardo Ramírez, si el Presidente le concedía la gracia de designar a su sucesor.
Al parecer sí se la concedió y ayer Ramírez fue elegido por unanimidad como el nuevo pastor de la bancada de Morena en el Senado y por ende, presidente de la Jucopo.
César Cravioto, del ala radical de Morena, ocupará uno de los tres lugares que tiene Morena en la Jucopo.
Y asunto arreglado.
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Oiga, eso de que el dinero no es la vida, solo pura vanidad, no aplica para la presidenta municipal de Allende, Nuevo León, Patricia Salazar.
El gobernador de la entidad, Samuel García, entregó a la alcaldesa del PRI 25 millones de pesos.
No fue un regalo, sino una transacción.
La alcaldesa recibió los recursos (entendemos que para el municipio) y dejó al PRI para afiliarse al Movimiento Ciudadano, partido de García.
De hecho, Samuel García tiene congelados 2 mil 500 millones de pesos que ya fueron aprobados para 11 municipios conurbados a Monterrey.
El gobernador Tik tokero ordenó detener los recursos principalmente a las alcaldías priistas y panistas por el simple hecho de ser oposición.
Esta necedad del gobernador ya provocó retrasos en los servicios públicos básicos, como recolección de basura, mantenimiento de las vialidades, bacheo, y alumbrado público, entre otros, afectando a millones de familias.
El revanchismo se ve desde lejos, casi casi como unos tenis fosfo fosfo.
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Alguien debería enseñarle a leer a Yeidckol Polevnsky.
La diputada que dice que a los pobres hay que mantenerlos pobres porque luego “se les olvida quién los ayudó’’, solicitó licencia porque quiere ser una corcholata.
Nomás que en documento firmado por las auténticas corcholatas se especifica bien clarito que sólo serán cuatro, “máximo 6’’, previendo que a la encuesta se sumen el Verde y el PT.
Está viendo y no lee.
LEG