Antony Blinken, jefe de la diplomacia estadounidense, indicó que Estados Unidos y China evalúan la conformación de un grupo de trabajo en contra del fentanilo, una droga cuyo consumo es considerado una crisis de salud en el país norteamericano.
El funcionario federal señaló que es necesario frenar el flujo de precursores químicos que provienen del gigante asiático, en una conferencia de prensa tras su gira por China, en donde se reunió con varios funcionarios de alto nivel y el presidente Xi Jinping.
“Acordamos explorar la creación de un grupo de trabajo o un esfuerzo conjunto para que podamos cerrar el flujo de precursores químicos que ayudaron a alimentar esta crisis”, señaló Blinken.
“Dejé en claro que necesitamos más cooperación para hacerle frente a este tema crítico”, agregó el secretario de Estado en la administración del presidente Joe Biden.
En repetidas ocasiones, el gobierno de EU ha señalado a China como el país que proporciona la materia prima con la que se produce el derivado del opio, lo que incluso ha tensado las relaciones entre Washington, Pekín y México.
En abril pasado, Andrés Manuel López Obrador envió una carta a su par chino, Xi Jinping, donde le pidió trabajar de manera conjunta en el combate contra este opiáceo.
Pekín respondió a través de la portavoz de su Ministerio de Exteriores, Mao Ning, que no existe tráfico de ese estupefaciente entre las naciones, pero que apoya a México en defender su soberanía ante Estados Unidos.
Mientras tanto, el presidente chino, Xi Jinping, se congratuló ayer por los “avances” entre Pekín y Washington durante un encuentro con Blinken, aunque las potencias mantienen diferencias sobre temas clave.
En un gesto simbólico, fue recibido en el Gran Salón del Pueblo, monumental edificio que sirve para acoger a los dirigentes extranjeros en la plaza de Tiananmen.
“Espero que aporte un resultado positivo a la estabilización de las relaciones”, declaró Xi.
El presidente Joe Biden señaló a periodistas en California: “estamos en el buen camino”.
Blinken también afirmó que Estados Unidos y China quieren “estabilizar” sus relaciones, aunque sigue siendo “lúcido” sobre los desacuerdos bilaterales de fondo.
Varios temas elevaron la tensión en los últimos años la relación bilateral, entre ellos el apoyo de Washington a Taiwán, que Pekín considera suya, la rivalidad en el campo tecnológico, las reivindicaciones territoriales de la potencia asiática en el mar de China Meridional o el trato a los uigures, una minoría musulmana del noroeste de China.
LEG