A un año del asesinato de dos sacerdotes jesuitas en la sierra Tarahumara, la Iglesia católica alista un repique nacional de campanas, con el objetivo de protestar ante la violencia que se vive en el país y la crisis de desapariciones.
TE PUEDE INTERESAR: Dedican misa a sacerdotes jesuitas asesinados en Cerocahui, Chihuahua
Desde el asesinato de ambos sacerdotes, se han registrado 42 mil 782 homicidios, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
En entrevista para 24 HORAS, Jorge Atilano, sacerdote jesuita, destacó que a partir del homicidio de los padres Joaquín Mora y Javier Campos, ocurrido en la localidad de Cerocahui, se conformó un núcleo en la comunidad religiosa, en donde se ha planteado un proceso de construcción de paz.
Además, indicó que se han realizado oraciones mensuales con diferentes temas con respecto a problemas cotidianos que atentan contra la tranquilidad en el país además de diseñar conversatorios, foros sobre justicia, seguridad y el Diálogo Nacional por la Paz.
Por ello, precisó que en coordinación con familias de personas desaparecidas, la iglesia convocó este 20 de junio a tocar las campanas de todos los templos a las 15:00 horas, porque fue la hora en que asesinaron a los padres jesuitas.
“Estas campanas significan un llamado a unirnos a trabajar por la paz, a sentirnos solidarios con la violencia del país y una expresión, un deseo, de que como Iglesia, como comunidad, como sociedad pidamos la paz”, expresó.
En ese sentido, Atilano señaló que los jesuitas están preocupados por la situación de seguridad del país, sobre todo por el control de los territorios.
“Nos preocupa cómo avanza, el control de las economías criminales, pero también el control que se hace de la vida política, de la vida económica, vemos cómo crece el control de las asambleas comunitarias, de las asambleas ejidales, de las autoridades locales, de las policías, de las organizaciones sociales, eso es preocupante, porque se ponen riesgo la vida democrática”, dijo.
“Hay muchos territorios donde se genera un miedo que va debilitando la organización y va haciendo los territorios vulnerables a estas economías criminales”, agregó.
LEG