Todos se confiesan amor.

Marko Cortés, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano firman y confirman la decisión tripartidista de ir en alianza Va por México de costa a costa y de frontera a frontera en 2024.

Eso incluye, naturalmente, la búsqueda de la Presidencia de la República, el Senado, la Cámara de Diputados, las nueve gubernaturas y miles de diputaciones locales y alcaldías.

Pero los hechos no los respaldan.

El punto de partida y diríase manzana de la discordia es Xóchitl Gálvez, cuya primicia de ir por la candidatura presidencial aliancista la leyó usted en este espacio.

Tras acudir el lunes pasado a Palacio Nacional para hacer valer -y negársele- su derecho de réplica, mucha gente empezó a verla como posible sucesora de su crítico y falsario.

Una semana ha bastado a la hidalguense para posicionarla como alternativa ante panistas, priistas, perredistas y potenciales prospectos de la sociedad civil, pero a la vez despertaron recelos.

Deberá hacer una campaña muy sólida a fin de ganar aliados e imponerse como lo hicieron Vicente Fox y Felipe Calderón en 2000 y 2006 en el PAN.

EL PAN HACE SU REPARTO

Xóchitl Gálvez lo sintió meses atrás.

Sin proponérselo, su nombre figuró entre prospectos para competir por la Ciudad de México, pero donde menos eco encontró fue en la cúpula panista presidida por Marko Cortés.

Lo confesó:

-No sé si me dejen, pero yo tengo que luchar. Nada me ha sido fácil. La candidatura tengo que ganarla y sumar apoyos no nada más de los partidos, sino de la población en general.

Hoy ha roto el esquema azul.

Porque el reparto de posiciones partió del supuesto acuerdo, negado por PRI y PRD, mediante el cual el PAN es mano en la nominación de candidatos a Presidente y a jefe de Gobierno.

Como eso la élite panista lo da por hecho, se ha repartido los principales cargos para el 2024: Santiago Creel de candidato presidencial, Marko Cortés para líder senatorial, Jorge Romero para presidente del PAN y Santiago Taboada para la Ciudad de México.

Como se ve, Xóchitl no tiene acomodo en ese reparto de poder y ahí está el mayor obstáculo… sobre todo si Alejandro Moreno y Jesús Zambrano aceptan dócilmente las imposiciones y no la apoyan.

CADA QUIEN SU ENCUESTA

1.- El juego morenista no ha cambiado.

En el Estado de México hizo campaña con el manejo de encuestas pagadas para proyectar la victoria de Delfina Gómez y desanimar a los votantes.

Ahora cada corcholata se da la libertad de aprobar empresas demoscópicas para presentarse como favorita, aunque en realidad estén lejos de penetrar socialmente.

Prepárese para ver este espectáculo de números hasta agosto.

2.- Sin mirar esas cifras y sin aspavientos, el tabasqueño Adán Augusto López se ha dedicado a estructurar una sólida red de alianzas para reposicionarse en las próximas semanas.

Pronto se verán los resultados.

Además, el exsecretario de Gobernación a diario habla con su amigo el Presidente de la República, quien le ha ratificado su confianza y, algo mejor, lo consulta sobre asuntos nacionales.

Quienes escuchan el diálogo entre ambos no advierten cambio alguno en tono y temas con el relevo de Luisa María Alcalde.

LEG

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