Liverpool, ciudad al norte de Inglaterra es uno de los sitios turísticos con mayor afluencia en Reino Unido y uno de los puntos más visitados es el famoso Cavern Club, donde dieron sus primeros pasos los “cuatro fantásticos”, así como la casita de ladrillo donde creció Paul McCarney, cerca de la famosa Penny Lane o del parque Strawberry Fields.
Liverpool construyó su prosperidad en los siglos XVIII y XIX gracias al llamado “comercio triangular”, es decir el tráfico de esclavos y materias primas, en los albores de la revolución industrial, cuenta Roberts por la megafonía entre dos paradas.
Pero dos guerras mundiales, la Gran Depresión y la desindustrialización sumieron a la ciudad en un largo declive.
Liverpool “se benefició entonces de cuatro golpes de suerte ¡John, Paul, George y Ringo!”, dice la guía sobre esta “pequeña ayuda” que recuerda al título de otra icónica canción.
Estatuas de Paul McCartney, John Lennon, George Harrison y Ringo Star pueden verse por toda la ciudad. Liverpool tiene dos museos dedicados a ellos, así como innumerables restaurantes, bares, tiendas de recuerdos… que generan beneficios grasos.
Un 48% de los impuestos comerciales recaudados en Liverpool provienen del turismo, explica el concejal Harry Doyle. Se estima que el legado de los Beatles aporta unos 100 millones de libras (127 millones de dólares) anuales a las arcas municipales. Solo el Cavern Club reivindica 800 mil visitantes al año.
Pero no hay sólo leyendas del pasado. Maria Morgado, de 53 años, ha venido desde Portugal con su pareja para asistir a un concierto de la banda de ska Madness. Tras una noche “increíble”, también visitaron el museo de los Beatles.
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LOS INFALTABLES FESTIVALES
En el resto del Reino Unido, los nostálgicos de Oasis se dirigen a Mánchester, los de Belle & Sebastian a Glasgow y los fans de la cantante de soul Amy Winehouse a Camden, en Londres, para recogerse ante su estatua.
Hiromi y Alexandra también tienen prevista una visita a los célebres estudios Abbey Road, en la capital británica.
Por no hablar de la avalancha de grandes festivales de verano que acoge el país.
El más mítico, Glastobury, que comenzó el miércoles, atrae cada año a unas 200 mil personas a las afueras de un pueblo medieval del suroeste de Inglaterra. El cartel de este año incluye a los artistas británicos Elton John, Arctic Monkeys, Cat Stevens, Alison Goldfrapp, los estadounidenses Lizzo y Lana del Rey, y muchos más.
En total, la música, incluidas las grabaciones, superaron los 4 mil millones de libras en el Reino Unido en 2021, según las últimas cifras disponibles. Está aún muy lejos de los 5 mil 800 millones de libras anteriores a la pandemia, pero la industria cree que el repunte está lanzado.
Otros países también sacan provecho de sus artistas: Graceland y Memphis, en Estados Unidos, por ejemplo, atraen a los fans de Elvis Presley, y el recuerdo de Bob Marley es un maná para Jamaica.
Un ejemplo del peso económico de las superestrellas musicales: el concierto de la estadounidense Beyonce en mayo en Estocolmo “probablemente” continuará hasta 0.3 puntos porcentuales de inflación, según un economista de Danske Bank. Esto se debe a la afluencia de turistas que abarrotaron hoteles, restaurantes y tiendas, explica.