Después de tres horas de sesión, el Tribunal Superior Electoral (TSE), integrado por siete jueces que deben emitir cada uno su voto, suspendió ayer el juicio del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro hasta el próximo martes.
La Corte lo juzga por “abuso de poder” durante su mandato que lo puede inhabilitar políticamente durante ocho años.
En específico, lo acusa de ataques proferidos contra el sistema de votación electrónica en Brasil durante una reunión con embajadores en julio de 2022, tres meses antes de ser derrotado en las urnas por el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
El abogado de Bolsonaro Tarcisio Vieira comparó el caso al del célebre capitán Dreyfus, injustamente condenado en Francia a finales del siglo XIX. “Se volvió uno de los mayores errores judiciales de la historia”, dijo.
El expresidente afirmó el miércoles que no hizo ninguna crítica, ni un ataque al sistema electoral. “Hice una presentación sobre cómo funcionaban las elecciones en Brasil”, sostuvo.
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Pero, según fuentes judiciales, es casi un hecho que Bolsonaro será condenado. Si no se completan los votos el martes, está prevista otra sesión plenaria, el 29 de junio. Vieira anticipó que la defensa recurrirá la sentencia ante el Supremo Tribunal Federal en caso de condena.
Aunque fuera inhabilitado, Bolsonaro podría conservar un rol de liderazgo en la derecha brasileña, según analistas.
La del TSE será la primera de una serie de decisiones que podrían recaer sobre el exmandatario, quien enfrenta más de una decena de procesos administrativos en el tribunal electoral.
Además es objeto de cinco investigaciones en el Supremo Tribunal Federal, con penas susceptibles de prisión, incluyendo una por su presunto papel como autor intelectual de los disturbios del 8 de enero en las sedes del poder brasileño.