Mañana sábado, PAN, PRI y PRD tendrán sus reuniones de Consejo Nacional en la que se votará el método de selección del candidato presidencial.
No será una aduana fácil de transitar, sobre todo para Marko Cortés, quien no ha dejado de ser presionado desde que firmó la asociación con el PRI y el PRD.
Los partidos llegaron ya a un acuerdo sobre el método de selección, pero deben pasar el trámite de la aprobación de sus respectivos consejeros nacionales para evitar problemas legales.
Hace dos semanas le adelantamos en este espacio que Va por México se había decidido por un método mixto de selección, en el que se contemplaban encuestas, foros con los precandidatos, historial político y en la administración pública, si fuera el caso, así como un número razonable de firmas de apoyo de los simpatizantes de cada aspirante.
No se decidió, por el momento, por una elección primaria, como piden algunos panistas y líderes de agrupaciones sociales, porque el gasto de la organización dejaría sin recursos a los tres partidos.
Los dirigentes de los partidos, Marko Cortés, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano tienen acuerdos firmes, pero dejaron algo para la negociación con sus respectivos consejeros políticos.
Uno de esos temas es, precisamente, cómo llevar a las urnas a los simpatizantes y militantes de los tres partidos, de tal manera que quién resulte ganador o ganadora del proceso en general llegue con la legitimidad del voto.
No será una tarea fácil conciliar los intereses de los tres partidos, sobre todo entre el PRI y el PAN.
Hay quienes argumentan que el PAN debería salir de la sociedad con el PRI, pero hoy por hoy, si el blanquiazul decidiera aliarse con el Movimiento Ciudadano, nada le garantiza mantener el mismo porcentaje de votos o incrementarlos, como sí lo hará con la sociedad tricolor.
El PAN necesita al PRI para las elecciones en Guanajuato y Yucatán, en donde las encuestas colocan a Morena con el mismo porcentaje de preferencia electoral que los albicelestes.
Ni el PRI podría solo, ni el PAN y mucho menos el PRD, que depende sí o sí de la alianza para mantenerse como partido nacional.
Mañana seguro habrá gritos y sombrerazos, pero si los militantes de los tres partidos saben hacer números, entenderán que la única posibilidad para sobrevivir el próximo año es fortaleciendo la sociedad.
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La Suprema Corte de Justicia de la Nación desechó el famoso Plan B electoral, tal como se había adelantado el lunes pasado.
Lo interesante del caso es que la votación que envió a la basura la pretensión presidencial de destazar al INE, fue de nueve votos a dos, y no de ocho a tres, como se esperaba, porque el ministro Arturo Zaldívar, votó a favor del proyecto del ministro Javier Laynez Potisek.
Zaldívar se enfrascó en una polémica inútil en Twitter al hablar de su gusto por la música de Taylor Swift cuando una juez estaba siendo encarcelada por el Gobierno de Veracruz.
Como sea, resultó sorpresivo que el expresidente de la Corte haya reconocido que los morenistas que aprobaron los cambios a las leyes electorales y sus rémoras habían hecho un cochinero del proceso legislativo para complacer al Presidente.
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Adán Augusto López llamando “tinterillos’’ a los ministros de la Corte que batearon las modificaciones a las leyes electorales, Ricardo Monreal reiterando su petición de piso parejo y adelantando que Omar Fayad tendría por ahí un lugar en Morena mientras que, en Tijuana, el partido del Presidente utiliza a los haitianos para promover a Sheinbaum.
Todo normal, pues.