De los casos documentados de tortura que se tienen en el país, la cifra de investigaciones abiertas al respecto no llega ni al 1%, señaló Nashieli Ramírez Hernández, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM).
En el marco del Día Internacional en apoyo a las personas sobrevivientes de tortura, celebrado el pasado 26 de junio, organizaciones en pro de los Derechos Humanos se reunieron este miércoles en la sede de la CDHCM, con el fin de visibilizar este delito.
Ahí, Ramírez Hernández, quien presidió la ceremonia de inauguración del Foro “Rostros y voces de la tortura en el México de hoy”, señaló la importancia de visibilizar las prácticas de tortura, un paso fundamental para erradicarlas.
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“Nosotros pensamos que parte del asunto tiene que ver también con que, de los casos documentados de tortura, no llegamos ni al 1% que estén investigándose al respecto y que tengan un ejercicio de la autoridad que no permita la impunidad”, apuntó Ramírez.
La presidenta hizo hincapié en que la tortura persiste en una forma de control que todavía es accesible y operable a nivel de los operativos de seguridad, así como de los de procuración de justicia.
A esto, sumó que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad (ENPOL) del 2016 realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 79% de las personas fueron torturadas durante el traslado o estancia en el Ministerio Público.
En la ENPOL del 2021, la cifra se redujo hasta llegar al 50%, una disminución que no es tan significativa como se podría pensar, aclaró la presidenta de la CDHCM. “Básicamente, el paso de los años, lo que nos está marcando es que hay una prevalencia”.
En referencia a esto, subrayó también como factor esencial para la desaparición de la tortura que haya cero impunidad alrededor de estas prácticas delictivas, pues “mientras haya impunidad al respecto, hay tolerancia”.
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Además de la visibilización de este delito, es importante que las prácticas de tortura sean vistas desde una perspectiva interseccional, añadió Ramírez, puesto que la tortura se ha extendido a ámbitos donde afectan a población vulnerable, como infancias, mujeres y personas en situación de movilidad.
En este sentido, Andrea Casamento, integrante del Subcomité de prevención de la Tortura de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), abonó que en cuanto a la exigencia de justicia por los casos de tortura, son las mujeres las que en su mayoría asumen estos roles.
Estas mujeres, continuó, deben compaginar las labores del hogar y de cuidado que desempeñan normalmente, con su lucha, por lo que aún hay trabajo que hacer en materia de paridad de género en esta cuestión.
Nashieli Ramírez concluyó la ceremonia al asegurar que marcar y visibilizar la tortura en todos los ámbitos erradicará esta violación grave a los Derechos Humanos.