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Foto: Pixabay / En pocos días, el trigo y la soja estadounidenses subieron más de 20%, mientras que el maíz europeo ganó más de 16%  

Los precios de los cereales y oleaginosas sufren una corrección luego de haber subido fuertemente la semana pasada, por efecto de las lluvias en Estados Unidos, de movimientos especulativos, y de un cierto alivio sobre los suministros desde Rusia.

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En pocos días, el trigo y la soja estadounidenses subieron más de 20%, mientras que el maíz europeo ganó más de 16%.

El lunes se registró el pico en la tendencia de subida con la crispación por la rebelión en Rusia, que “podía desestabilizar a un gran exportador” de materias primas agrícolas, destacó Damien Vercambre, de Inter-Courtage.

Estos temores se vieron magnificados por el hecho de que Rostov, la ciudad que tomó el grupo paramilitar Wagner, es cercana a los puertos del mar Negro.

Pero, “al final, no pasó nada”, resumió Gautier Le Molgat, de Agritel, tras un acuerdo que evitó confrontaciones directas con el ejército ruso.

“El mercado estuvo un poco inquieto” el lunes, pero “por la noche, ya no se hablaba más” del asunto, resumió.
Aliviado, el mercado cambió de rumbo, con una caída del trigo estadounidense de más de 5% el martes ante la perspectiva de lluvias en varios estados clave del “cinturón del maíz”, la región cerealera del norte de Estados Unidos.

Dos episodios de lluvias son esperados en las próximas dos semanas luego de precipitaciones el fin de semana pasado, explicó Rich Nelson, de Allendale.

El agua podría beneficiar asimismo a la soja. La cosecha de trigo está bastante avanzada como para sacar rédito del clima.

“La semana pasada, la industria veía el tiempo seco extenderse en julio… pero el panorama cambió”, destacó el analista.

“El clima es importante para el maíz, sobre todo en julio en el momento de la polinización” en el hemisferio norte, explicó Damien Vercambre. “Todavía hay tiempo”.

Un mercado “irritable”

La caída de precios también se debe a ajustes de cartera, tomas de ganancias o reducción de la exposición a un grano antes del final del semestre por parte de inversores institucionales, explicó Gautier Le Molgat.

Para Michael Zuzolo, de Global Commodity Analytics and Consulting, el movimiento de corrección fue tan violento que solo puede explicarse por cambios de posiciones de los fondos especulativos, que vuelven a apostar a una caída de precios.

La volatilidad de precios, tradicionalmente elevada en este período del año debido al clima, se acentúa, según el analista, por operadores oportunistas y trading mediante algoritmos, que magnifica las variaciones del mercado.

“Hay una desconexión entre la situación de los cultivos en Estados Unidos, los rendimientos, y la evolución de los precios” en las últimas horas, enfatiza Michael Zuzolo.

El lunes, el Departamento estadounidense de Agricultura (USDA) publicó nuevas estimaciones que evalúan en 50% apenas los cultivos de maíz en “buen” o “muy buen” estado, un deterioro franco con relación a la semana anterior (55%).

El panorama es parecido para la soja, con 51% versus 54% para los porcentajes de calidad entre una semana y otra.

Estos primeros meses de cultivo se anuncian así como los peores desde 2012, año seco que vio la producción estadounidense de maíz caer en 13%, a su nivel más bajo entonces en 16 años.

“Hay interrogantes sobre las perspectivas de producción en Estados Unidos. Eso hace que el mercado se vuelva bastante sensible y rápidamente irritable”, explica Le Molgat.

También hay dudas sobre la demanda, con la economía china debilitada y los bancos centrales occidentales firmes en su política de tasas para combatir la inflación, a riesgo de frenar el crecimiento económico mundial.

“Aumentan los stocks porque nos dimos cuenta de que la inflación tuvo un efecto sobre la demanda”, añade Vercambre. “Por lo tanto hay existencias de fin de zafra más importantes de lo previsto en Francia, en Europa”, y en Estados Unidos.

El mercado espera para el viernes un informe del USDA que debería proveer estimaciones de stocks.

 

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