La organización Iran Human Rights (IHR), con sede en Noruega, informó que Irán ejecutó al menos a 354 personas en la primera mitad de 2023, un alza de 36% con respecto al mismo periodo de 2022.
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Las organizaciones de defensa de los derechos humanos acusan a Irán de aumentar el uso de la pena de muerte para reprimir la ola de protestas por la muerte de la joven Mahsa Amini, mientras estaba detenida por violar supuestamente el estricto código de vestimenta.
La oenegé destacó su preocupación porque hay una desproporcionada cantidad de personas de etnias minoritarias entre los ejecutados. Un 20% fueron de la minoría baluche, que es una población sunita.
“La mayoría de las personas ejecutadas son ciudadanos de segunda, de las comunidades más marginalizadas”, agregó.
Irán ejecuta a más condenados que ningún otro país, con la excepción de China, según varias oenegés como Amnistía Internacional.
En 2022, 582 personas fueron ejecutadas, un alza del 75% con respecto al 2021, reveló IHR.
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