La instrucción es terminante:
Reconquistar la Ciudad de México para el Gobierno y su partido con un amplio programa de trabajo político a reforzarse a partir de la semana próxima.
Y recuperar la supremacía significa volver a ganar la Jefatura de Gobierno, ir por las 16 alcaldías, el Congreso capitalino y por supuesto senadurías y diputaciones federales.
Mario Delgado sabrá cómo obedece a su jefe único, Andrés Manuel López Obrador, con Sebastián Ramírez como instrumento designado por Claudia Sheinbaum.
Para el Presidente será la venganza de 2021, cuando la oposición se llevó nueve de las 16 alcaldías y dio el mayor golpe en el corazón de su clientelismo político.
Agravio mayor a perder la mayoría calificada -dos tercios de los 500 legisladores- de la Cámara de Diputados, aunque esto le haya significado ver frenados sus propósitos mayores.
López Obrador se disponía a hacer las reformas constitucionales e institucionales de mayor calado en la segunda parte de su administración.
Como no alcanzó aquel objetivo, por ejemplo no pasaron las reformas eléctrica y electoral, cuando quiso rebasarlas por la vía administrativa, la Suprema Corte de Norma Piña anuló sus pretensiones.
Pero éstas no han menguado.
SOLDADOS ELECTORALES
Por eso Andrés Manuel López Obrador voltea hacia 2024.
¿Y cuál es el plan?
Simple:
Todo se hará sobre la plataforma de los programas sociales y con ejércitos tipo Jóvenes Construyendo el Futuro y promotores para el bienestar.
Se recorrerá la ciudad alcaldía por alcaldía, distrito por distrito, sección por sección y casa por casa para credencializar a los beneficiarios de ese reparto de dinero público.
Se les invitara a afiliarse al Morena y de ser posible convertirlos en sus activistas rumbo a las próximas elecciones.
La estrategia es poner énfasis en las clases populares de las delegaciones perdidas Álvaro Obregón, Coyoacán, Cuauhtémoc… habida cuenta del rechazo en clases medias y altas.
Con ese amplio mapa de la Ciudad de México, se decidirá a dónde enfocar las campañas, las ofertas, los programas sociales y la cruzada proselitista.
Este plan, nacido para fortalecer el ego supremo, conlleva una certidumbre: la Presidencia de la República y la mayoría legislativa se dan por seguras y no se ha hecho lo necesario en el altiplano.
Mario Delgado y Sebastián Ramírez tendrán contacto directo con Martí Batres y éste, a su vez, rendirá reportes en Palacio Nacional y por supuesto a la corcholata investida con la candidatura presidencial.
Delgado, Ramírez y Batres no tienen derecho a fallar.
SNTE, CNTE Y SECCIÓN 9
La CNTE capitalina ha presentado un recurso de nulidad de elecciones en la Sección 9 del SNTE, ganada por el profesor Ulises Chávez.
Tal vez el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje (TFCA) de Plácido Morales Vázquez deba cuidar lo político, porque en lo legal no hay dudas.
La Coordinadora no registró planilla y por lo tanto dejó el campo libre al bando institucional, como constataron diferentes secretarías de Estado y el SNTE de Alfonso Cepeda.
Empero, no todo está perdido para la CNTE: tiene derecho a representantes en el Comité Ejecutivo y a esa negociación se han abierto Cepeda y Chávez.
Ahí sí Morales Vázquez tiene un papel: dar equilibrio y gobernabilidad a una sección magisterial antaño conflictiva y hoy en plenas labores educativas.
LEG