El activista, historiador, académico y escritor Adolfo Gilly murió ayer a los 95 años. El deceso conmocionó a diversos sectores, colegas y amigos, quienes expresaron su condolencias en redes sociales.
Aunque nació en Buenos Aires, Argentina, el 25 de agosto de 1928, parte de su carrera la hizo en México. En 1994, ya en nuestro país, obtuvo el doctorado en Estudios Latinoamericanos en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Además, era una referencia para la izquierda nacional, y poco después de su llegada a México fue recluido en Lecumberri porque era integrante de la Cuarta Internacional. Destaca que su estancia en la cárcel le generó el espacio para crear La revolución interrumpida.
Sin embargo, publicó otros libros como La revolución de la madrugada, México la larga travesía, Nuestra caída en la modernidad, El cardenismo. Una utopía mexicana, El siglo del relámpago y El tiempo del despojo.
También militó en los partidos Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y de la Revolución Democrática (PRD) y acompañó a Cuauhtémoc Cárdenas en su administración como consejero, cuando el líder perredista fue jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
La Universidad Nacional Autónoma de México, donde era profesor emérito de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, lamentó la muerte y reconoció que Gilly era un “defensor e impulsor de las mejores causas desde la izquierda universitaria”.
En su página de Twitter publicó: “Lamentamos el fallecimiento del doctor Adolfo Gilly, profesor emérito por la @UNAM_FCPyS. Por más de 30 años desarrolló su labor de docencia e investigación en la Universidad.”
LG