¿Por qué José Ángel Gurría se ha convertido en el segundo terror en la mente del presidente Andrés Manuel López Obrador?

Porque ese hombre brillante y con gran experiencia en México y en el mundo puede hacer viable un plan para poder rescatar al país de los sótanos a los que los está llevando el régimen actual.

La primera obsesión en las mañaneras es Xóchitl Gálvez. Sin embargo, todavía la senadora no tiene garantizada la eventual candidatura presidencial de un bloque opositor. Es una aspirante fuerte, pero es una de 13 finalistas para encabezar la construcción del Frente Amplio por México.

Evidentemente que con su corcholata favorita más que cantada es muy conveniente inventar un complot que cante un dedazo opositor. Solo que a diferencia del régimen de una sola persona que vive en México, en la oposición no hay un tlatoani dominante.

El manual del populista habla de la simplificación y la creación de un enemigo único, por eso los seleccionados son Claudio Xavier González Guajardo, como el gran titiritero y Gálvez Ruiz como la mujer que está ahí para ser manipulada, porque así piensa López Obrador.

Habría pues cierto sentido común en que fuera Xóchitl Gálvez la candidata que competirá contra la corcholata de López Obrador, con todo y el candidato disruptor que ponga su amigo Dante Delgado, pero no hay garantía.

Lo que sí tiene ya garantizado el bloque que conforman PAN, PRD y PRI es que Gurría será quien encabece un grupo de expertos que deberá diseñar la alternativa de gobierno del Frente Amplio por México.

Y es tan acertada la decisión que ya le dedica el régimen amplios segmentos de la mañanera para denostarlo, porque saben que muchos sectores sociales pueden ver que, en la oposición, además de carisma, pueden encontrar capacidades técnicas y políticas para crear una alternativa viable.

José Ángel Gurría fue, como secretario de Hacienda de Ernesto Zedillo, arquitecto de la estabilidad financiera que hoy ha permitido resistir sin crisis al régimen actual. Y durante 15 años fue secretario general de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos que fue como un doctorado en política y economía global.

Otra vez, el manual del populista manda desprestigiar a este personaje, pero quien entiende un poco de lo que ha ocurrido con el país durante la parte final del Siglo XX y este primer tramo del Siglo XXI conoce la contribución positiva de Gurría Treviño.

Lo que no tiene es arrastre popular, que es la divisa político-electoral de estos tiempos, pero tiene la gran posibilidad de coordinar a un grupo de expertos que lo primero que sabrán garantizar es la permanencia de los programas sociales, sin que devasten las finanzas públicas y que no sean solamente con fines electorales.

Por lo pronto, entre los buenos reclutamientos en su equipo está Ildefonso Guajardo, quien es otro técnico excepcional.

Conforme se acerquen los tiempos electorales seguro que muchos más se querrán sumar a ese equipo de expertos, ya le tocará a Gurría elegir buenos perfiles y depurar a aquellos que solo quieran formarse en la antesala de un eventual puesto público.

Por lo pronto, lo mejor, es que hoy se ha roto con ese sentimiento de inevitabilidad de que la sucesión presidencial solo la define el Presidente.

 

    @campossuarez