En Guanajuato se encuentra la famosa Presa de la olla, que está cumpliendo 10 años de ser Patrimonio Cultural Intangible de aquel estado.
Si no la conoces, no te preocupes, aquí vamos a contarte un poco de su historia y cómo pasó a poner en alto el nombre de México.
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Para conocer el origen de esta presa hay que remontarse al siglo XVIII, exactamente al año 1741, cuando decidieron construirla para capturar agua debido a la inmensa sequía que estaba atravesando Guanajuato.
Su construcción tardó aproximadamente ocho años y se llevó a cabo con el apoyo del virrey, ya que vio cómo sufría la población por la falta de agua.
Durante el resto del siglo XVIII y la mitad del XIX, esta presa fue el único medio para abastecer agua, hasta la creación de la de La Esperanza.
Fue en el año 1832 que se tomó la decisión de entubarla, levantar el bordo y fue en 1845 que se construyó la torre cuadrangular que aún se conserva.
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Hay una celebración que lleva por nombre La apertura de la Presa de la olla que tiene su origen de igual manera en el siglo XVIII.
Comenzó como la costumbre de limpiarla, y con el paso del tiempo se convirtió en una fiesta que se realiza el primer lunes del mes de julio.
Los pobladores se reúnen para escuchar música y comer diferentes golosinas, todo esto mientras sucede la apertura de las compuertas.
Pues en el año 2013 se declaró Patrimonio Cultural Intangible de Guanajuato, junto con la festividad de San Ignacio de Loyola.
¿Tú la conocías?, si no es así, te recomendamos que te des una vuelta por la Alhóndiga de Granaditas, que es por donde se entra.
CI