Es imposible pensar en la Época de Oro del Cine Mexicano sin que aparezca en primer plano Silvina Pinal,  Diva del cine mexicano y una de las más grandes actrices de la industria cinematográfica del país. Nacida en Ciudad de México en 1931, empezó siendo actriz de teatro a muy temprana edad y debutó en el cine a los 17 años en “Bamba” (1948) de Miguel Contreras Torres.

Desde entonces, no hubo descanso: grababa una cinta tras otra, sin descanso alguno, tantas como su juventud le permitía. Fue la cantidad, la calidad y su inigualable brillo lo que detonó su popularidad y prestigio. 

La filmografía de Silvia Pinal es vasta: trabajo junto a Marga López, Sara García y Silvia Dérbez; la dirigió Gilberto Martín Solares, Luis Buñuel, Juan Bustillo Oro, José María Forqué… y, en mismas proporciones, significativa; sin embargo, es imposible negar que tenemos nuestras favoritas. Es por ello te recomendamos sus apariciones más inolvidables, para rendir honores y glorias a una carrera tan prolífica como lo es la de Doña Silvia Pinal:

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1. Un rincón cerca del cielo (1952), de Rogelio A. González: Acaso una muestra de la desgracias que traen consigo más desgracias dentro de un ambiente hostil, paupérrimo, lleno de mala suerte. Aquí el sol no sale después de la tormenta. Absolutamente todo pinta mal, y sin embargo, el brillo es tal que esto parece un rincón en el cielo. El papel de Silvia Pinal aquí le valió un Premio Ariel en la categoría de mejor co-protagonista.

 

2. Viridiana (1961), de Luis Buñuel: Está su papel “El ángel exterminador” (1962) y “Simón en el desierto”(1965), pero, sobre todo, su inolvidable protagónico en “Viridiana” (1961), donde se vislumbra una burla inteligente y fina sobre el franquismo y la iglesia. El papel inmenso no sólo fue dentro de la cinta, sino también fuera: fue Gustavo Alatriste quien produjo la cinta; Buñuel preguntó a Silvia por qué alguien como él quería producir una cinta: “Porque me ama”, espetó. Y no hacía falta mucho más. Que ganara esta cinta la Palm d’Or en Cannes y que Buñuel haya sido vetado por blasfemo en España e Italia es, a estas alturas, sólo valor agregado.

 

3. El rey del barrio (1950), de Gilberto Martínez Solares: cuando se habla de química en el ámbito actoral, debemos hablar de la que tienen Germán Valdéz y Silvia Pinal. Quizás un poco provocada por el inevitable deseo de conquista de “Tin Tan” y otro bastante por el carisma y la belleza de Doña Silvia, es esta cinta una muestra que está a la altura de cualquier exigencia cinematográfica. No por nada esta película se encuentra en el lugar número 18 de una lista de las 100 mejores películas del cine mexicano, según un sondeo hecho por la revista “Somos” en 1994.


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4. Locura pasional (1956), de Tulio Demicheli: otro Ariel a su lista de galardones. Haber interpretado a la mujer de un hombre enceguecido por los celos; es decir, un personaje (e historia) basado en “La sonata a Kreutzer” de León Tolstói. Vamos: ¿qué más se necesita para disfrutar una película de este tamaño si no es una actuación fulminante de Doña Silvia, un gran Carlos López Moctezuma y como telón de fondo una historia escrita por Tolstói?

5. Pecado mortal (1955), de Miguel M. Delgado: Silvia Pinal no necesitaba protagónicos para lucir su condición de gran actriz. Se trata de una de esas cintas que pese a pertenecer a la época dorada, siguen pasando desapercibidos dentro de todo el mar de opciones. Tan imperdible como cualquiera de las anteriormente recomendadas.