Después de que países de África Occidental amenazaron con usar la “fuerza” si no se restablece el orden constitucional, los militares golpistas de Níger acusaron ayer a la antigua potencia colonial, Francia, de querer “intervenir militarmente”.
La jefa de la diplomacia francesa, Catherine Colonna, desmintió las acusaciones de la junta y dijo que todavía es “posible” restablecer en sus funciones al presidente elegido democráticamente, Mohamed Bazoum.
“Y es necesario, pues esas desestabilizaciones son peligrosas para Níger y sus vecinos”, declaró a la cadena de televisión BFMTV.
Burkina Faso y Malí, vecinos de Níger con gobiernos surgidos de golpes de Estado, advirtieron en un comunicado conjunto que una intervención militar “sería considerada como una declaración de guerra” contra ellos.
También aseguraron que provocaría la retirada de ambos países de la Comunidad Económica de los Estados de África del Oeste (CEDEAO) y a la adopción de medidas de legítima defensa en apoyo a las fuerzas armadas y al pueblo de Níger”.
La presión contra los golpistas, que tomaron el poder el 26 de julio, es cada vez más fuerte por parte de los aliados occidentales y africanos de Níger, un país clave en la lucha contra los grupos yihadistas que operan en el Sahel.
LEG