Foto: AFP / "Es muy enriquecedor ver cómo la inclusión hacia las mujeres y hacia los diferentes géneros que tiene nuestra sociedad ha ido creciendo", dice Porras  

Con 27 años, Yoselyn Porras es la primera mujer casada y con hijos que se presenta como candidata a Miss Costa Rica gracias al reciente cambio de criterio de los certámenes de belleza.

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Lejos queda ya su coronación en 2013 como Miss Teen Mundial, con apenas 17 años, recuerda en su casa de Alajuela, ciudad vecina a San José, mientras prepara junto a Sarah, su hija de cuatro años, un pan artesanal antes de salir a una sesión de fotografía de un patrocinador del concurso, que se realizará el 16 de agosto.

Hasta esta edición, las candidatas a certámenes nacionales o internacionales como Miss Universo, que se realizará en El Salvador el 18 de noviembre, tenían que ser solteras y sin hijos.

Ahora pueden ser casadas, divorciadas, embarazadas, con hijos, así como mujeres trans reconocidas legalmente.

«Es muy enriquecedor ver cómo la inclusión hacia las mujeres y hacia los diferentes géneros que tiene nuestra sociedad ha ido creciendo», dice Porras.

«La mentalidad de las personas debe ir cambiando, debe ir evolucionando, es parte de. El mundo avanza y uno tiene que ir avanzando con él, no puede quedarse atrás», agrega.

Ella ya había cerrado la puerta a los certámenes de belleza. Lejos quedaba su corona juvenil. Su carrera como esteticista, sus estudios de gastronomía y su familia la tenían ocupada y con la mente alejada de las pasarelas.

Pero el cambio de criterio le dio una nueva oportunidad. Al filo de la edad máxima exigida (28 años) tiene en la edición de este año la oportunidad de coronarse Miss Costa Rica y representar al país en Miss Universo.

Enfrenta a otras nueve candidatas en Costa Rica, pero para ella su participación demuestra que las mujeres pueden hacer «infinidad de cosas».

Dice que su rol de madre la llevó a participar. Porras considera que una mujer «no solo sea físico» sino que sea «integral, madura».

«Todas las mujeres tenemos nuestra belleza de maneras diferentes. Que sepa demostrar esa belleza no sólo externa sino también internamente, que tenga un mensaje positivo para toda la sociedad», agrega.

Principios que pretende dejar plasmados en su hija Sarah, que le ayuda con la masa de los panes que hornean para tomar con café junto a su marido, Álex Moreira.

«Dentro de unos años esa pequeñita que está chiquitita de cuatro años, cuando sea grande a sus 15, pueda decir ‘qué orgullo el de mi mamá, de ver cómo ha triunfado, cómo se ha esforzado, cómo ha logrado cumplir un sueño. Yo quiero ser como ella'», finalizó Porras.

LEG