Aunque parezca difícil de creer, tuvieron que pasar 100 años para que una mujer en México pudiera llevarse una medalla de oro en los Juegos Olímpicos ¿La encargada? Soraya Jiménez, un emblema para todo el deporte femenil en nuestro país y que inspiró a una nueva generación de deportistas.
Se sabe que México ha podido destacar en distintas disciplinas como clavados, tiro con arco o caminata, pero nadie imaginaba que halterofilia fuera la competición encargada de darle a las mujeres su primera medalla de oro, aquí recordamos un poco de su historia.
Nacida en Naucalpan, Estado de México, Soraya Jiménez mostró una enorme pasión por los deportes, llegó a practicar natación, basquetbol y bádminton, fue a la edad de 11 años que conoció el deporte que la inmortalizaría, el levantamiento de pesas, a los 16 años conquistaría su primera medalla luego de ganar el tercer lugar en la Copa NORCECA.
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Fue en 1997 que el Comité Olímpico Internacional avaló la participación de mujeres en las competencias de levantamiento de pesas, esto le abría la posibilidad a la mexicana de poder participar para representar a nuestro país en una justa olímpica.
Luego de haber ganado Juegos Centroamericanos y Juegos Panamericanos, Soraya Jiménez tenía una cita con el destino ¿El lugar? Sídney, Australia, fue la noche del 18 de septiembre del año 2000 que todo un país estaba al pendiente del televisor para ver todo lo que ocurría en el Centro de Convenciones del Puerto de Darling.
Acompañada de su familia, directivos y cientos de compatriotas, Jiménez se enfrentaba a la norcoreana Ri Song Hui, la mexicana tenía tres intentos para poder cargar la mayor cantidad de peso en la final femenil en la categoría de 58 kilos, sacando toda la casta y el orgullo, venía el último intento.
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Con el peso de toda una nación encima, Soraya Jiménez tomó las pesas de 222.5 Kg, las levantó sobre sus hombros y tras la calificación de los jueces, explotaba de la felicidad, luego de ver que ganaba la medalla de oro, Jiménez se convertía en la primera mujer mexicana en ganar una medalla de oro.
Subiendo a lo más alto del podio, Soraya veía como ondeaba la bandera mexicana mientras se entonaba el himno nacional, quizás no dimensionaba lo que había logrado en ese momento, pero no solo se había vuelto el orgullo de una familia, sino también de más de 125 millones de personas.
Fue el 28 de marzo de 2013 que Soraya Jiménez abandonaba este mundo, no sin antes dejar huella en miles de niñas y niños que sentaron con sus familias a ver aquella final, quienes a pesar de todo el desastre que se vive en nuestro país, encontraron en ella una luz de esperanza para poder destacar a nivel internacional.
MC