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Foto: AFP / archivo / Roussev, varón con un historial de negocios en Rusia, se mudó al Reino Unido en 2009. Posteriormente fundó la empresa NewGenTech, especializada en inteligencia artificial  

En Reino Unido, una investigación de seguridad nacional ha derivado en la acusación de tres ciudadanos búlgaros sospechosos de espionaje en nombre de Rusia. La operación, realizada por detectives antiterroristas de la Policía Metropolitana (PM), acentúa las preocupaciones sobre las amenazas planteadas por actores extranjeros como Rusia y China (en junio, el gobierno de Rishi Sunak obligó a China a cerrar lo que denominó como “estaciones de policía” ilegales en suelo británico).

Los sospechosos, Orlin Roussev, de 45 años, Biser Dzhambazov, de 41, y Katrin Ivanova, de 31, fueron detenidos el pasado 8 de febrero, bajo la Ley de Secretos Oficiales establecida en 1911. Según la PM, en su momento fueron liberados bajo fianza, pero deberán regresar a la corte en septiembre y se ha fijado un juicio para enero de 2024, en el Tribunal Penal Central para Inglaterra y Gales, conocido como el “Old Bailey”.

Los tres imputados enfrentan cargos relacionados con posesión de documentos de identidad falsos con “intención indebida” y se cree que trabajaban como agentes encubiertos de los servicios de seguridad rusos.

Los documentos falsificados que se les incautaron incluían pasaportes, documentos de identidad y varios documentos oficiales de países como el Reino Unido, Bulgaria, Francia, Italia, España, Croacia y otros. Estas identidades fraudulentas supuestamente se usaron para facilitar operaciones encubiertas, de acuerdo con la investigación de la PM.

Roussev, varón con un historial de negocios en Rusia, se mudó al Reino Unido en 2009. Posteriormente fundó la empresa NewGenTech, especializada en inteligencia artificial. En el caso de Dzhambazov e Ivanova, la pareja vivía en el Reino Unido desde hace una década y dirigían una organización comunitaria destinada a ayudar a los inmigrantes búlgaros a adaptarse a la cultura británica. Dzhambazov trabajaba como chofer en un hospital, mientras que Ivanova se desempeñaba como asistente de un laboratorio médico privado. Ambos, además, participaban en iniciativas electorales para facilitar el voto en las elecciones búlgaras de sus connacionales en el extranjero.

La operación de agentes rusos en suelo británico no es nueva. En 2018, se llevó a cabo un ataque con un gas neurotóxico (Novichok, comúnmente elaborado en Rusia) contra Serguéi Skripal, ex doble agente ruso que trabajó en secreto para el Reino Unido, y su hija. El entonces gobierno de Theresa May acusó a Rusia del atentado y expulsó a 23 diplomáticos rusos del país.

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