Los centros de votación cerraron este domingo en Guatemala tras un balotaje crucial para la democracia entre el candidato socialdemócrata Bernardo Arévalo, el inesperado favorito que promete luchar contra la corrupción, y la ex primera dama Sandra Torres.
Los casi 3.500 centros de sufragio funcionaron con normalidad durante la jornada, sin que se reportaran “incidentes significativos”, dijo la presidenta del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Irma Palencia, quien afirmó que hubo un “porcentaje histórico de participación”.
La votación terminó a las 18 horas locales y los primeros resultados oficiales del balotaje se conocerían hacia las 21 horas locales.
Hijo de un mandatario que dejó huella, Arévalo genera esperanzas de cambio en un país sumido en la pobreza, la violencia y la corrupción, que inducen cada año a miles de guatemaltecos a emigrar.
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Pero es visto con aprensión por la élite política y empresarial que dirige el país, acusada de corrupción.
“La mayoría, creería que el 80%, tiene claro por quién votar para que la corrupción se acabe”, indicó Luisa González, ama de casa de 46 años, al votar en una escuela.
Efraín Boch, camionero de 47 años del poblado indígena de San Juan Sacatepéquez, también pidió que el nuevo presidente “ataque la corrupción”.
En su tercer balotaje, Sandra Torres contó con el apoyo silencioso del presidente derechista Alejandro Giammattei y de la poderosa élite empresarial aliada del gobierno.
Torres dirige la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), un partido de centroizquierda que en los últimos años ha girado hacia la derecha. Es socialmente conservadora, pero al mismo tiempo promete ayuda directa a los pobres, que representan el 60% de la población.
Por la tarde, Torres denunció “algunas irregularidades” durante la votación.
Desde el viernes, la candidata ha puesto en duda el proceso de conteo de votos y pidió a la justicia que garantice la “transparencia” del balotaje. Además, denunció supuestas “acciones intrusivas” y “racistas” de observadores de la Unión Europea.
La Corte Suprema acogió su pedido y ordenó al TSE que “tome las medidas para garantizar [el correcto] ingreso de datos al sistema informático” y permita a los fiscales de cada partido tomar fotos de las actas de las mesas de sufragio.
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“Lamento mucho esas declaraciones [de Torres] sobre todo porque son infundadas. No da pruebas, simplemente hace afirmaciones a secas y eso básicamente no fortalece el proceso“, dijo a la AFP el analista político Edgar Ortiz.
Torres recibió también el apoyo silencioso de varios partidos de derecha, pastores evangélicos y la fiscalía, que ha tratado de ilegalizar al partido Semilla de Arévalo.
“Las fuerzas tradicionales han apostado por Torres, pues Arévalo es visto como un riesgo a la continuidad del sistema”, dijo a la AFP el analista político Arturo Matute.
Un sondeo otorgaba el miércoles 50% de las intenciones de voto a Arévalo y 32% a Torres.