Después de que el órgano regional votó por otorgar su lugar a China, Taiwán anunció ayer su salida como observador internacional en el Parlamento Centroamericano (Parlacen).
El voto promovido por Nicaragua, uno de los nuevos aliados de China, supone un intento de ambos países para “socavar la democracia” en la región, criticó el Ministerio de Relaciones Exteriores taiwanés.
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El Parlacen es un órgano político que representa a seis países de esta región.
China considera a esta isla como parte de su territorio y se opone a cualquier intercambio oficial de sus representantes con dirigentes de otros países y a su participación en organizaciones internacionales.
El lunes, el pleno del Parlacen aprobó el ingreso de China como observador permanente en detrimento de Taiwán. El anuncio fue recibido con agrado por Pekín.
“Esto demuestra una vez más que la adhesión al principio de una sola China es una ola inevitable, la aspiración del pueblo y una tendencia imparable”, reaccionó el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin.
El Ministerio taiwanés respondió que iban a salir de este órgano para “salvaguardar” su soberanía nacional y su “dignidad”.
“La dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua quiere convertirse en un peón de China”, criticó en un comunicado.
Según dijo a la prensa el portavoz de la cancillería taiwanesa, Jeff Liu, la salida de Taipéi del Parlacen “demuestra la expansión del autoritarismo en Latinoamérica”.
LEG