En días recientes he sido testigo de un proceso interno enriquecedor y desafiante para elegir a quien coordinará los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación.

En mi búsqueda por liderar este papel crucial, desde mediados de junio pasado me dediqué a recorrer diversas regiones de nuestro país y, en cada rincón que visité, encontré un mosaico de apoyo al proyecto de reconciliación que estamos impulsando.

Mi compromiso con la unidad, la tolerancia y el buen juicio ha sido un pilar fundamental en esta recta final del proceso. Pude conversar con las ciudadanas y los ciudadanos, escuché sus inquietudes y compartí sus visiones para seguir fortaleciendo los logros de la cuarta transformación que impulsamos junto con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Tanto en los estados del norte como en los del sur, sentí la resonancia de nuestras causas en las voces de la gente. Mis recorridos por tantos sitios distintos me permitieron atestiguar la diversidad y riqueza de nuestra nación. Desde las calles animadas de las ciudades hasta los paisajes naturales de una belleza impresionante, experimenté la realidad y los desafíos que enfrentan las y los mexicanos día a día en el campo y en las urbes.

De igual manera, los retos que vislumbré a lo largo de este proceso son variados y significativos. Conservar la unidad y la cohesión entre los Comités de Defensa será esencial para garantizar que nuestras acciones continúen impulsando un cambio positivo en el país. Además, es fundamental navegar por las aguas de la política con sensatez y tacto, manteniendo el diálogo constructivo incluso ante las diferencias de opinión.

Después de esta etapa de selección, enfrentaremos la tarea de mantener viva la llama de la cuarta transformación. La participación ciudadana y el compromiso con nuestros valores serán cruciales para superar los desafíos que puedan surgir en el horizonte.

Liderar los Comités de Defensa de la 4T conlleva la responsabilidad de asegurar que los logros obtenidos no sean efímeros, sino que perduren para las futuras generaciones. Es fundamental que quien asuma este rol sea capaz de guiar con visión y determinación, manteniendo el compromiso con la justicia social, la igualdad y el bienestar de todas y todos los mexicanos.

Igualmente esencial será la capacidad de comunicación y diálogo con los diversos sectores de la sociedad, para garantizar que las políticas y medidas implementadas sigan siendo pertinentes y efectivas.

Los retos que enfrentamos son reales, pero estoy convencido de que, con unidad, diálogo y compromiso, superaremos cada obstáculo que pueda aparecer en el camino durante y después de este importante proceso, a fin de seguir transitando hacia una cuarta transformación duradera y significativa; hacia un México mejor y más justo.

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