Cientos de mujeres con banderas de Israel protestaron el jueves en una zona ultraortodoxa en la periferia de Tel Aviv al sentirse víctimas de una segregación de género, especialmente en el transporte.
La manifestación tuvo lugar en la ciudad de Bnei Brak después de que medios locales informaran que varios conductores de autobús habían obligado a usuarias a sentarse en el fondo del vehículo o incluso les habían negado el pasaje.
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“Podemos sentarnos donde queramos, podemos llevar lo que queramos (…), somos libres e iguales a cualquier otro ciudadano de Israel”, dijo Kalanite Kain, una escritora de 63 años.
Según un medio local, un conductor de un autobús público dijo a un grupo de adolescentes vestidas con pantalones vaqueros y camisetas de tirantes que se sentaran al final del vehículo y se cubrieran.
La cuestión de la segregación por género no es nueva en Israel, donde muchos han señalado prácticas religiosas que limitan o prohíben la mezcla de sexos.
Pero las activistas aseguran que la discriminación contra las mujeres se agravó en los últimos años. “No hay democracia, sin igualdad”, gritaron las manifestantes.
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“Simplemente que algunos grupos religiosos, grupos religiosos ultraortodoxos piensan que las mujeres son el origen de todos los males (…) no significa que debamos aceptarlo”, dijo la abogada Hila Mor Zenhavi.
Más del 10% de la población israelí es judía ultraortodoxa.