Es una paradoja.
El partido y cuyo gobierno postulan como norma básica la pobreza franciscana derrochan recursos públicos por muchas vías.
Les sobra el dinero.
Falsas han sido las promesas de Mario Delgado de reintegrar al erario parte de las prerrogativas entregadas por el Instituto Nacional Electoral (INE) según la disposición constitucional.
Por eso vemos a las corcholatas en grandes giras nacionales, con costosísimos acarreos para sus concentraciones, miles y miles de espectaculares por todo el país, bardas promocionales del sur pobre al norte medio por cuyo millonario costo nadie responde.
Dinero público y movilizaciones pagadas por los gobiernos estatales y de la estructura federal de la Secretaría del Bienestar y sus múltiples programas, acusa Marcelo Ebrard.
Falso, responde Claudia Sheinbaum, principal beneficiaria de esas concentraciones multitudinarias para exhibir un poder de convocatoria inútil, porque las encuestas no contemplan esas estadísticas.
MILES DE MILLONES
Pero eso no es todo.
El dinero del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), de nuestros impuestos vías prerrogativas o desviado ilegalmente por alguna estructura de Gobierno -federal o estatales, lo mismo da- puede mostrarse en todo.
En los hoteles de varias estrellas donde se hospedan sus representantes, las costosas comitivas disfrazadas de viajes individuales de sus corcholatas, en las encuestas levantadas por los gobernadores propios, en los espacios llenados con burocracia so pena de despidos o perder la quincena…
Esa riqueza puede verse en detalles menores.
Por ejemplo, en el congreso de este fin de semana, a donde han sido convocados más tres mil delegados -más secretarios, cargaportafolios, ujieres, choferes y demás-, todos debidamente equipados, debidamente trasladados, debidamente hospitalizados, debidamente alimentados.
Vea usted:
Reciben mochilas de lujo marca Victorinox -el portafolio es parte de elegancia y poder- y tienen garantizada toda su movilización porque para eso es el dinero público.
¿Cuánto?
No mucho a la vista de las prerrogativas de Morena cobradas por Mario Delgado en este año: más de mil 900 millones de pesos en diferentes partidas: actividades ordinarias, actividades específicas, franquicias postales, franquicias telegráficas y hasta liderazgo político de las mujeres.
Y si hoy hay tal despilfarro de nuestros impuestos este año, en 2024 el tema se pondrá peor: tres mil 159 millones más una diferencia porcentual de 386 millones.
Tres mil 545 millones de pesos.
Esas son las partidas de un partido de Estado cuyo gobierno pregona la pobreza franciscana y le regatea mil millones al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai).
Nuestra principal vía para acabar con la opacidad del gobierno.
EJÉRCITO OPERADOR
Como hablamos de dinero -pero “bájenle a sus facturas”, ha instruido el secretario de Finanzas de Morena, Francisco Javier Cabiades Uranga -, vayamos a otro aspecto:
Las corcholatas no tienen límites aunque el dirigente Mario Delgado hable de cinco millones de pesos como suma total para movilizar al país.
Vea usted:
Cada una de las seis corcholatas podrá tener 350 representantes -la capacitación se hará este viernes y mañana sábado- a un costo de decenas de millones de pesos en movilización y acarreo… perdón, operación política.
¿Quién paga semejante despilfarro?
¡Ay, INE de santa Judas Taddei, si fueras serio no quisiera verme en tu lugar!