La segunda fase de la retirada de las fuerzas de paz de la Organización de las Naciones Unidas de Malí, que acaba de comenzar, será “extremadamente difícil” debido al “apretado calendario” y a las condiciones de seguridad y logística, subrayó ayer el jefe de la misión en el país, El Ghassim Wane.
A raíz de una petición de las autoridades militares que tomó a todos por sorpresa, el 30 de junio el Consejo de Seguridad puso fin inmediato a la misión de los cascos azules en Malí (Minusma), previendo la retirada de sus cerca de 13 mil efectivos para el 31 de diciembre de 2023. Se trata de una retirada con un calendario y una complejidad sin precedentes.
“Seguimos en el buen camino para cerrar la misión el 31 de diciembre”, declaró El Ghassim Wane ante el Consejo de Seguridad, al añadir que hasta la fecha mil 096 miembros de las fuerzas de paz fueron repatriados a sus respectivos países.
El golpe de Estado en Níger “también repercute” en el plan de retirada, “que se basa en la utilización de las zonas de tránsito de Cotonú y Lomé”, por lo que requiere pasar por el país vecino, señaló.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, informó ayer que el embajador de Francia en Níger sigue en el país, a pesar del ultimátum de 48 horas lanzado el viernes por los militares en el poder para que abandonara el puesto.
“En los últimos meses, Francia y sus diplomáticos se enfrentaron a situaciones particularmente difíciles en algunos países, ya sea en Sudán, donde Francia fue ejemplar, o en Níger en este mismo momento”, declaró Emmanuel Macron en un discurso a los embajadores a raíz de su reunión anual.
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El Ministerio de Relaciones Exteriores de Níger dio el viernes un plazo de 48 horas al diplomático para que saliese del territorio, con el argumento de que había rechazado reunirse con los nuevos dirigentes y que las “acciones del gobierno francés” eran “contrarias al interés de Níger”.
Níger, uno de los últimos aliados de los países occidentales para la lucha antiyihadista en el Sahel, fue escenario de un golpe de Estado el 26 de julio que depuso al presidente Mohamed Bazoum.
En su discurso, Macron insistió en que Francia, que ya condenó el golpe, no cambiaría su postura y seguirá ofreciendo su apoyo al Bazoum, elegido democráticamente.
El dirigente está retenido desde el golpe junto a su mujer y su hijo en el palacio presidencial de Niamey, la capital. “Nuestra política es clara: no reconocemos a los golpistas”, insistió Macron.
El lunes por la noche, la Unión Europea también manifestó su apoyo al embajador francés.
“La decisión de los golpistas de expulsar al embajador francés es una nueva provocación que en ningún modo puede ayudar a encontrar una solución diplomática a la actual crisis”, declaró Nabila Massrali, portavoz de la diplomacia de la Unión Europea.
La vocera agregó que el bloque “no reconoce” a las autoridades golpistas de Níger.