Laura caminaba por calles de la colonia Fidel Velázquez, en Monterrey, Nuevo León. Salía de su turno laboral y se dirigía a realizar unas compras cuando un indigente le salió al paso, la apuñaló en repetidas ocasiones hasta asesinarla y se dio a la fuga.
La entidad norteña ocupa el segundo lugar a nivel nacional en feminicidios, pues de enero a julio de este año ocurrieron 40 crímenes de género y se ubica en el quinto escalón por incidencia en la tasa por cada 100 mil habitantes al registrar 1.37, es decir 0.62 más que el promedio nacional, que es de 0.75, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
A diario, son cada vez más frecuentes los ataques contra mujeres en calles de todo el país. La semana pasada se conoció de un agresor serial que lastimaba a jovencitas con un picahielo en San Luis Potosí, o el caso de una chica en Atlapexco, Hidalgo, que fue violentada en vía pública por rechazar un matrimonio forzado.
Antes, a Milagros Monserrat la asesinaron en una calle de León, Guanajuato, presuntamente para robar sus pertenencias.
Para María de la Luz Estrada, coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), el mayor problema radica en que se les sigue revictimizando.
“La sociedad continúa justificando la violencia contra las mujeres, se sigue pensando que si les sucede algo es porque lo provocaron, además por un imperante clima de impunidad, ya que las autoridades encargadas de hacer justicia, no actúan y los agresores se sienten con la libertad de actuar como sea”, señaló en entrevista con 24 HORAS.
La también activista indicó que existe un contexto de omisión por parte de las autoridades, pues en muchas ocasiones cuando la víctima acude a realizar una denuncia por acoso o tocamientos en vía pública, resulta que las cámaras no sirven o que no se confía en el testimonio de la declarante, por lo que se opta por desistir de darle seguimiento.
IMPERA CONTEXTO VIOLENTO
Estrada señaló que actualmente en México predomina un contexto de violencia que aunado a la educación machista incrementa los ataques al género femenino y a pesar de que existen políticas como la alerta de género, no tienen resultados, como en el caso de Nuevo León, donde está activa en Apodaca, Cadereyta Jiménez, Guadalupe, Juárez y Monterrey.
Por ello subrayó que deben analizarse qué mecanismos se utilizan para protegerlas cuando son vulnerables.
“Hay que analizar cuales son las zonas rojas, detectarlas, establecer senderos seguros, instalar cámaras, promover políticas de prevención en las escuelas con clases de equidad de género, muchas acciones que aún vemos, no se aplican”, expresó.
En el caso de Laura, la Fiscalía neoleonesa confirmó la detención de Francisco Xavier Z, su presunto asesino, aunque informó que el sujeto padece de sus facultades mentales.
Mientras que en San Luis Potosí, a José de Jesús N se le dictó prisión preventiva oficiosa por el delito de lesiones cometidas en razón de género cuya pena puede alcanzar hasta los 20 años de cárcel.