Al reconocer que las encuestas no le favorecen, la senadora del PRI, Beatriz Paredes, señaló que “los intereses superiores de México son los que deben prevalecer para que realmente el Frente sea una opción para las mayorías ciudadanas y para los partidos que la integran”.
Ante la estructura priista, la aspirante a construir el Frente Amplio Por México, resaltó que “era natural, como culminación de mi biografía política, que intentara la candidatura presidencial, para ser la primera presidenta de México”. Y aclaró que, “no hubo ninguna negociación, yo nunca he negociado en lo oscurito”.
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En su discurso pronunciado en la reunión a puerta cerrada, Paredes Rangel, explicó que el compromiso asumido en Mérida, Yucatán, sobre que ella participaría hasta el final del proceso, seguía en pie, “para mí el final es cuando se dieran los resultados que revelaban que era irreversible el triunfo de la otra candidata. Esos resultados se han dado con la expresión de estas encuestas”.
En ese contexto, expresó su “respeto y reconocimiento a Xóchitl Gálvez, aprecio sus expresiones cuidadosas hacia mi persona y valoro que en algunos temas, como en el de las necesarias reivindicaciones de las comunidades indígenas, tengamos identidad.
“Su talento y estilo personal imprimió una nueva dinámica al proceso y la llevó a alcanzar los resultados de todos conocidos”, refirió.
Agradeció el apoyo de la militancia y los liderazgos priistas; sin embargo, dijo que no imaginó “que a veces los procesos democratizadores adoptan rutas mercadológicas, más que ciudadanas”.
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Paredes Rangel, asumió “las limitaciones e insuficiencias que tuve en este proceso. La fractura en mi tobillo fue magnificada como una enfermedad grave y la guerra sucia esparció la falsedad de que es invalidez permanente. No es así y sé que mis verdaderos amigos jamás lo creyeron y qué bueno que no sea así”.
Y reconoció que no tuvo “la actitud de convencer a mis correligionarios que también fueron aspirantes a que se sumarán a mi propuesta”.
CSAS