En la historia de los Juegos Olímpicos existe el registro de un hombre que murió debido al dopaje que realizó; conoce quién fue.
En los Juegos Olímpicos de Roma 1960, un hombre falleció porque ingirió sustancias prohibidas para los competidores.
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Durante las Olimpiadas de México 1968 fue que integraron por primera vez las pruebas antidopaje para los participantes.
Lo anterior debido a que ocho años antes, en 1960, ocurrió una tragedia en la pista; un ciclista se desvaneció y tiempo después falleció.
Su nombre era Knud Enemark Jensen, nació el 30 de noviembre de 1936, era de origen danés y compitió en ciclismo.
Estaba compitiendo en la carrera olímpica de 100 km contrarreloj por equipos y uno de sus compañeros se había retirado debido a la insolación que atravesó porque la temperatura era de 40°.
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Knud y los otros dos integrantes del equipo continuaron la carrera porque de lo contrario serían descalificados, así que siguieron.
Más adelante, Knud les mencionó a sus colegas que se sentía mal y, como creyeron que también se trataba de una insolación, lo sostuvieron de la camiseta, uno de un lado y el otro del otro lado.
Lamentablemente, no lo pudieron sostener hasta el final, y cuando uno de ellos lo soltó, el ciclista se desplomó y se fracturó el cráneo en el pavimento.
A pesar de que la ambulancia alcanzó a llegar y se pudo llevar a Knud, murió tiempo después en la casa de campaña acondicionada como hospital.
Al entrenador no le quedó de otra más que aceptar que le había dado a él y a los otros tres integrantes del equipo alcohol nicotinílico, un vasodilatador.
En un principio, los médicos que realizaron la autopsia negaron que el hombre falleció por dopaje y aseguraron que había sido por un golpe de calor.
Años más tarde, Álvaro Marchiori, uno de los médicos, se retractó y dijo que en su cuerpo había restos de “varias cosas”, entre ellas anfetaminas.
CI