La justicia iraní negó la agresión sexual que sufrió una periodista encarcelada, que había entrevistado al padre de Mahsa Amini, y aseguró que no recibió ninguna denuncia ni prueba sobre esas acusaciones.
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La reportera Nazila Maroufian, de 23 años, sufrió repetidos ataques por parte de las autoridades iraníes desde que publicó una entrevista con Amjad Amini, cuya hija murió bajo custodia el 16 de septiembre de 2022, lo que desencadenó meses de protestas.
Maroufian afirmó que había sido “agredida sexualmente en una situación en la que me encontraba en el peor estado posible”, en un mensaje de audio enviado desde la prisión de Evin, en Teherán, publicado por medios de comunicación opositores de fuera de Irán.
Según Mizan Online, el diario del poder judicial, “la investigación sobre esas acusaciones mostró que no solo no dio ningún motivo ni ninguna prueba, sino que tampoco ha presentado una denuncia”.
Maroufian, que según los grupos de derechos humanos fue arrestada cuatro veces en los últimos meses, fue detenida por última vez en Teherán el 30 de agosto.
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Después de que la liberaran por última vez, Maroufian se sacó el velo islámico en la calle como forma de protesta contra el régimen de la República Islámica, que impone una estricta política de vestimenta a las mujeres.
CSAS