A lo largo de la historia de los Juegos Olímpicos, hemos visto como cientos de atletas recurren al consumo de sustancias prohibidas para mejorar su rendimiento dentro de las competencias o simplemente para tener una ventaja física comparada con sus rivales, uno de los casos más sonados en la historia del deporte fue el llamado “Caso Balco”.
Este hecho, ocurrido en los Estados Unidos, no sucedió de la misma manera que el caso de del dopaje en atletas rusos que fueron encubiertos por sus propios directivos, este caso fue elaborado debido a la intromisión de un laboratorio que generaba y distribuía sustancias para doping.
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Esta investigación realizada por la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA, por sus siglas en inglés) estalló en 2003, luego de una llamada anónima informaba las prácticas que estaban realizando los laboratorios BALCO, no solo con algunos atletas olímpicos, sino también con jugadores de la MLB, esto para lograr alcanzar la fama, el reconocimiento mundial y varios récords mundiales.
Uno de los nombres más sonados que estuvieron involucrados con este mega dopaje realizado por atletas fue el de Marion Jones, la atleta de origen estadounidense había logrado conseguir tres medallas de oro y dos de bronce en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, pero al estar relacionada con el caso Balco, sus medallas y récords le fueron retiradas y ella fue borrada de la historia del deporte.
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Además de Marion Jones, otros once atletas fueron castigados y suspendidos para participar en cualquier torneo de su especialidad, algunos de ellos no se especificó la sustancia que ingirieron y a otros les fueron encontrados en su sangre restos de tetrahydrogestrinona (THG) y modafinil.
Otra de las consecuencias que trajo este caso fue la prisión para los fundadores de estos laboratorios, los cuales tuvieron que cumplir una sentencia de cuatro años de prisión, además de pagar una fuerte multa. Definitivamente, un hecho que manchó la historia del deporte estadounidense.
MC