Fernando Botero, uno de los artistas plásticos latinoamericanos más importantes del siglo XX, falleció hoy a los 91 años en Mónaco a causa de una enfermedad pulmonar, según lo dio a conocer su hija Lina Botero en entrevista con Blu Radio de Colombia.
Famoso por sus figuras voluminosas y robustas, “el pintor de nuestras tradiciones y defectos, el pintor de nuestras virtudes. El pintor de nuestra violencia y de nuestra paz. De la paloma mil veces rechazada y mil veces colocada en su trono”, escribió en la red social X, el presidente de Colombia, Gustavo Petro.
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“Estaba delicado de salud, llevaba varios años con un Parkinson rígido” y “desarrolló una pulmonía en los últimos cinco días (…) Llegó un momento en que se le estaba dificultando muchísimo respirar, afortunadamente murió tranquilamente”, declaró la hija del pintor y escultor.
En alguna ocasión, su hijo Juan Carlos Botero aseguraba que su padre era uno de los artistas más conocidos pero a la vez uno de los más incomprendidos.
“Decir que Botero pinta gordos es una afirmación un tanto simplista. Para crear en elementos gordos en sus cuadros tendría que haber también elementos delgados para resaltar la gordura, pero no los hay, por una cosa es la gordura y otra lo es el volumen. El estilo de Botero gira precisamente en torno a esa propuesta, exaltar el volumen de las cosas para darles grandeza”, explicaba.
La experta en arte Fernanda Serrano dijo en entrevista con 24 HORAS que “por su estructura artística, Botero era un artista latinoamericano sumamente reconocible por todas la incorporación que hizo de formas en sus personajes tan representativos de grupos con proporciones amplias y que muchos lo conocen como el estilo del boterismo”.
“No quiero decir que sea como una corriente, sino de un estilo que él formalizó y con el que se hizo conocido y conformé fueron pasando los años hizo grandes recorridos a través de la historia que también marcó con obras de desnudos, paisajes, bodegones, diferentes escenas que pueden verse el museos y exposiciones internacionales y ahora hay que ver cómo se reacciona en el mercado del arte ante su fallecimiento”, añadió Serrano.
Las obras de Botero, de formas voluptuosas y ligeramente surrealistas, se hicieron populares en todo el mundo, y se pueden ver en museos y espacios públicos de ciudades como Bogotá, Madrid, París, Barcelona, Singapur y Venecia.
“Su formación se vio nutrida por diferentes experiencias de sus viajes y estudios; absorvió muchas influencias de artistas consagrados en la historia del arte lo que hizo que su formación se viera reflejada en un estilo que para él representó en muchas ocasiones en una búsqueda casi sensual.
“Así que creo que para la historia del arte de nuestra época es importante haber conocido un poco del trabajo de Fernando Botero”, añadió
En 2019 Juan Carlos Botero hacía un recuento de la cantidad de obras realizadas por su padre: más de 5 mil cuadros, más de 3 mil dibujos, más de 350 esculturas originales.
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Mientas que Lina declaraba hoy a una estación de radio colombiana que “siguió pintando hasta el final, ya no al óleo porque le costaba mucho trabajo estar de pie pero trabajaba la acuarela”. Incluso apenas el sábado pasado trabajó por última vez en su taller de Mónaco, antes de que su enfermedad respiratoria empeorara.
Según informó la agencia de noticias francesa, el alcalde de su ciudad natal, Daniel Quintero, decretó siete días de luto: “Lamentamos profundamente la muerte del maestro Botero, un grande del arte, de la cultura, pero un grande también por su amor por Medellín, por su amor por Colombia, por su amor por Latinoamérica”.
CSAS