El presidente Miguel Díaz-Canel, que se erigió en la “voz del Sur“, solicitó ayer en la ONU un “nuevo contrato mundial”, tras denunciar la brecha creciente entre los países ricos y los estados en desarrollo.
“Urge un nuevo y más justo contrato global”, dijo el mandatario de Cuba desde la tribuna de la 78º Asamblea General de la ONU, que ostenta la Presidencia del G77 + China.
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Los países representados en este grupo, en los que vive el 80% de la población mundial, “no solo tenemos el reto del desarrollo, sino también la responsabilidad de modificar las estructuras que nos marginan del progreso global y convierten a muchos pueblos del Sur en laboratorios de renovadas formas de dominación”, aseguró.
La Habana albergó la semana pasada esa cumbre, en la que participó también el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que concluyó con un llamado a la “unidad” para tener peso frente a los países ricos.
Díaz-Canel anunció la celebración de una reunión de los dirigentes del grupo el 2 de diciembre durante la COP28 en Dubái para influir en las negociaciones sobre el clima.
Además, criticó nuevamente ante la ONU, el embargo impuesto por Estados Unidos contra la isla, al denunciar que su país vive un “bloqueo económico asfixiante, concebido para deprimir sus ingresos y nivel de vida, padecer escasez continua de alimentos, medicinas y otros insumos básicos y coartar sus potencialidades de desarrollo”.
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