Hay un dicho que reza: “no prometas cuándo estés contento ni regañes cuando estés enojado. Si lo haces, en ambos casos te arrepentirás sin remedio’’.
Eso le está pasando al presidente López Obrador con el caso Ayotzinapa.
Hace nueve años tomó el lamentable suceso como bandera política; cuatro años después, ya como Presidente, en la euforia de verse con la banda presidencial cruzándole el pecho, prometió regresar a los 43 normalistas desaparecidos a sus familias.
Durante la administración morenista, se han dado algunas informaciones que hicieron abrigar esperanzas a las familias de que por lo menos conocerían qué fue lo que pasó con los normalistas.
La detención de un militar, la acusación sobre varios elementos de tropa por su presunta complicidad en los hechos, hicieron parecer que la cosa iba en serio.
El exprocurador Jesús Murillo Karam detenido, el encargado de las investigaciones, Tomás Zerón, exiliado en Israel, otras señales propicias para el optimismo.
Este gobierno podrá argumentar lo que quiera, pero el hecho irrefutable es que no hay manera de cumplir la promesa presidencial a pesar de esos hechos aislados que, vistos sin la conclusión del caso, parecen solo espejismos.
Murillo está preso por atreverse a publicar unas conclusiones que no les gustaron a los familiares de los desaparecidos, “la verdad histórica’’, que 9 años después se sostiene en sus pilares principales.
López Obrador y Alejandro Encinas tendrán su propia verdad histórica, pero a la hora de que la historia sin adjetivos juzgue su trabajo, solo habrá una conclusión: no cumplieron.
La gran pregunta es, ¿qué fue lo que detuvo las investigaciones que parecían encaminadas a encontrar la verdad de los hechos?
¿Qué o quiénes la desviaron o dieron por concluida?
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En Puebla la efervescencia por conocer los nombres de los “palomeados’’ para disputar la gubernatura desató una campaña en contra del gobernador Sergio Salomón Céspedes, a quien algunos suspirantes acusan de favorecer.
Los nerviosos que acusan tal campaña, se dieron cuenta de que no contarán con los votos en el consejo político estatal para mantenerse en la contienda y a alguien debían culpar.
Este jueves 28, según el calendario de Morena, en los nueves estados en los que habrá elección de gobernador, se conocerán los nombres de quienes participarán en la encuesta.
En Puebla, específicamente, no pierda de vista a la exsecretaria de Economía del estado, Olivia Salomón (sin parentesco con el gobernador), de la cual comentaremos más adelante.
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Jorge Carlos Ramírez Marín fue tres veces diputado federal, dos veces diputado local, miembro del gabinete de Peña Nieto, ahora senador, el único de mayoría que tuvo el PRI en las elecciones del 2018.
Ayer renunció a la militancia del partido que lo cobijó durante toda su carrera política para brincar al Verde Ecologista en busca de la candidatura al Gobierno de Yucatán.
Brincar al Verde es brincar a Morena, pero quizá no lo hizo directamente para no verse tan mal.
De todas maneras apenas figura en las encuestas, muy por debajo de la aspirante más fuerte de Morena, Verónica Camino Farjat.
Tiempo de chapulines.
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Por cierto, la bancada del PRI volverá a tener 9 integrantes en el Senado a partir del lunes, si, como se rumora, la senadora Nancy de la Sierra se suma a las filas del tricolor.
De la Sierra llegó al Senado de la mano del PT, pero renunció a la bancada para declararse independiente.
Actualmente forma parte del llamado Grupo Plural, formado por legisladores que dejaron sus bancadas por diversas inconformidades.
A ver.
LEG