Italia presentó un nuevo proyecto de ley sobre la inmigración, centrado en los menores, que podrán ser acogidos temporalmente en estructuras para adultos y a quienes se harán pruebas médicas para determinar su edad.
Conforme a un proyecto de decreto aprobado el miércoles por la noche en consejo de ministros, los menores no acompañados de más de 16 años podrán ser enviados, durante 90 días máximo, a espacios reservados en establecimientos de acogida para adultos.
Este proyecto todavía tiene que ser aprobado en el Parlamento, donde el gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni tiene mayoría absoluta.
Esta medida es “preocupante”, advirtió el jueves el portavoz de Unicef en Italia, Andrea Iacomini. “No los podemos meter con los adultos”, denunció.
Normalmente, los menores no acompañados, madres con niños o mujeres embarazadas son trasladados a centros de acogida con servicios sociales y sanitarios, con vista a una integración, como cursos de idioma o formación profesional.
El objetivo principal del proyecto de ley son los jóvenes migrantes que aseguran tener menos de 18 años para evitar ser expulsados.
El decreto autoriza “medidas antropométricas” y exámenes médicos, entre ellos radiografías, para determinar su edad.
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“Con estas nuevas reglas, ya no será posible mentir sobre vuestra verdadera edad“, advirtió Meloni en Facebook.
Sin embargo, este tipo de exámenes ya están autorizados desde 2017, con la ayuda de otros métodos de verificación.
“En lo concreto, no cambia nada”, insiste el portavoz de Unicef, recordando que muchos menores vienen de países donde es imposible determinar la edad en base a documentos oficiales.
La evaluación de la edad, sobre todo con pruebas médicas, es un tema muy polémico.
“No existe actualmente ningún procedimiento que permita estimar la edad con exactitud y todos los métodos comportan un margen de error importante”, señala el Consejo de Europa.