Foto: Carlos Ángeles / Las Reinas Chulas han usado el escenario para luchar contra el machismo y el abuso de poder a través del cabaret, por lo que construyen sus parodias mientras evitan el antifeminismo, dice la actriz Nora Huerta  

Por más de una década, Las Reinas Chulas han usado el escenario para luchar contra el machismo y el abuso de poder a través del cabaret, por lo que construyen sus parodias mientras evitan el antifeminismo, dice la actriz Nora Huerta.

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La integrante de esta agrupación considera que la clave para hacer humor inteligente, sin dañar a otros y caer en el chiste fácil que utiliza el físico de los políticos, es abordar el humor desde su manera de ejercer el poder. 

“Me parece que el secreto y la manera de cómo hacemos humor, tiene que ver con la crítica al ejercicio del poder. Hablamos de personajes públicos y de sus acciones que sobrepasan o ignoran las necesidades de las personas”, dijo en entrevista con 24 HORAS.

El Vicio es el escenario para esta charla, un lugar que seguramente guarda duros secretos en los ladrillos tras el escenario y en los telones rojos que delimitan el espacio y ayudan a generar la atmósfera del lugar.

Huerta está segura de que la raíz de su comedia, está en crear una postura crítica, lejana a las parodias transmitidas por la televisión mexicana.

“Las televisoras nos han acostumbrado a reírnos de las diferencias de las personas”, agregó.

Con voz suave, pero firme, la actriz aseguró que los estereotipos usados en la comedia comercial generan división, desigualdad y odio entre las personas.

“Por ejemplo, decir que las mujeres son inútiles y sólo buscan el dinero de los hombres, decimos culturalmente, cuidado porque así son las mujeres, al igual que cuando hablas de hombres gays que sólo buscan sexo con otros hombres generamos odio hacia esos estereotipos”, comentó.

Para ella la parodia no evangeliza, ni dicta cómo deberían ser las cosas, es más una herramienta para revelar los vicios de la sociedad.

ROMPER LA HETERONOMÍA DESDE EL ARTE

Una sonrisa muy sutil le ilumina el rostro al recordar su lucha contra el machismo a través de 25 años de shows de cabaret.

“El movimiento feminista tiene muchos caminos, nostras nos hemos sumado desde el humor. Hace algunos ayeres vimos que nuestra manera de vivir era disruptiva, somos cuatro mujeres que nos volvimos cabareteras, quienes planteamos nuestras críticas desde el escenario, donde hablamos del patriarcado que permanece invisible en la sociedad”, añade.

Está segura de que la visión del mundo heterosexual aún gobierna importantes ámbitos de la sociedad, y la clave para erradicarlo está en las pequeñas acciones.

Huerta cree que uno de sus deberes sobre los escenarios es visibilizar los problemas por los que atraviesan algunas comunidades, como la de hombres y mujeres trans.

“Con las ideas feministas descubrimos que si no es algo que te pasa por el cuerpo, no son temas en los que puedes profundizar mucho; en nuestra escena siempre hay travestismo, que no es lo mismo que ser trans.

Trabajamos de cerca con estas comunidades y su complejidad (…) la responsabilidad que tengo desde el escenario es señalar que necesitan de manera vital cambiar su género para existir de manera plena”, indicó.

Nora usa su arte para luchar para que cada persona sea plenamente feliz, se trate de niños en situaciones de violencia o mujeres maltratadas, pues su objetivo es sensibilizar a quienes la vean sobre un escenario.
“Seguir haciendo del mundo un cabaret, esa es mi intención”, finalizó.

Lo que viene para Huerta

Los días 7, 14 y 21 de octubre, la también dramaturga, presentará Nora y las Pecadoras, un espectáculo donde se lanza a cantar himnos dedicados a las mujeres consideradas pecadoras.

Mientras que en noviembre exhibirá la obra de su autoría El Décimo Fracaso, donde busca acercarse a los hombres y su masculinidad; sin embargo, fracasa en el intento.

LEG