Los armenios de Nagorno Karabaj disolverán su república separatista el 1 de enero, anunciaron este jueves, una semana después de la victoria militar de Azerbaiyán, que obligó a huir a más de la mitad de la población.
En un decreto, Samvel Shajramanyan, dirigente del enclave de mayoría armenia, anunció la disolución de “todas las instituciones gubernamentales y organizaciones (…) a 1 de enero de 2024”.
Esto significa que “la república de Nagorno Karabaj”, conocida por los armenios como Artsaj y fundada hace más de tres décadas, “cesa su existencia”.
Desde Ereván, el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, dijo que según sus previsiones “en los próximos días no habrá armenios en Nagorno Karabaj”.
Y ello después de que huyeran del enclave unos 70.000, más de la mitad de la población, pese a las declaraciones de Azerbaiyán, que les pidió “no abandonar sus casas”.
Pashinyan acusó a Azerbaiyán de “limpieza étnica” en este territorio del Cáucaso, y urgió a la comunidad internacional a “actuar”.
“Es doloroso. Toda nuestra vida ha quedado reducida a polvo”, dijo Lilit Grigorian, una maestra de 32 años que esperaba con su hijo en Goris, una ciudad armenia situada junto a la frontera.
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-Huida en masa-
La región montañosa está dentro de las fronteras internacionales de Azerbaiyán. Los armenios hicieron secesión cuando la desintegración de la Unión Soviética, y desde entonces estuvieron enfrentados al poder azerbaiyano, con el que libraron dos guerras, una de 1988 a 1994 y la segunda el otoño de 2020, en la que perdieron varios territorios.
La semana pasada Azerbaiyán lanzó una ofensiva militar relámpago y obligó a los armenios a capitular en 24 horas, sin que intervinieran los soldados rusos de mantenimiento de la paz, desplegados aquí desde finales de 2020.
Armenia, que apoyó durante décadas a ese territorio, tampoco intervino militarmente esta vez, lo que abrió la vía a la reintegración efectiva de la región a Azerbaiyán.
Desde entonces, decenas de miles de armenios huyeron de las tropas azerbaiyanas, por temor a la represión, a través del corredor de Lachín, la única carretera que conecta Nagorno Karabaj con la república de Armenia.
Las autoridades armenias dieron parte, el jueves, de la llegada de 70.500 refugiados, es decir, más de la mitad de los 120.000 habitantes del enclave.
El gobierno armenio sólo pudo alojar de momento a 2.850 personas, lo que hace presagiar una crisis humanitaria. “Armenia carece de recursos y no podrá conseguirlo sin ayuda extranjera”, dijo a AFP el analista político Boris Navasardyan.
El Kremlin, en tanto, indicó que “toma nota” del anuncio de la disolución de la república autoproclamada de Nagorno Karabaj pero señaló que “no ve razones” para que la gente se vaya del enclave.
Por su parte, el Parlamento armenio anunció que el martes votará la ratificación del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (CPI), para disgusto de Rusia, que tildó la iniciativa de “inamistosa”.
El presidente Vladimir Putin es objeto de una orden de arresto emitida por esa corte por la presunta “deportación ilegal” de menores ucranianos desde el comienzo de la invasión rusa.
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-Líder separatista detenido-
Las autoridades azerbaiyanas detuvieron el miércoles al empresario Ruben Vardanyan, que dirigió el gobierno separatista armenio del enclave de noviembre de 2022 a febrero de 2023, cuando intentaba llegar a Armenia.
Fue acusado de financiación de terrorismo y de crear de una organización armada ilegal, según el servicio de seguridad del Estado azerbaiyano, y puesto en detención provisional por cuatro meses.
La ofensiva de la semana pasada dejó 213 muertos del lado armenio. Bakú dijo haber perdido a 192 de sus soldados y a un civil.
Tras el llamamiento a proteger los civiles lanzado el martes por el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, su homóloga alemana, Annalena Baerbock, pidió a Bakú autorizar la entrada en Nagorno Karabaj de observadores internacionales.